En Cuba el cambio comienza por cambiar a los “chivatones”. Así lo consideró el joven activista cubano, Esteban Rodríguez, luego de un desencuentro con un anciano cubano, que lo acusaba de “destruir al país”, por transmitir en vivo desde su Facebook una denuncia sobre la situación de La Habana.
Rodríguez describe que mientras caminaba por la calle, quejándose de que no había un sello de 5 pesos para la libreta de racionamiento, un adulto mayor “revolucionario” que se encontraba, lo acusó de ser parte de los que “destruyen al país”, además de incluirlo en los “acaparadores”, que denuncian la escasez que según él no existen, porque a él sí le entregan su módulo de alimentos.
“Viene a decirme que me ponga a trabajar”, siendo este el origen del debate. “A mí me traen la comida” dice el anciano, preguntándole luego al joven activista qué tenía en la cabeza.
El joven entró en una acalorada discusión y rápidamente, el anciano había llamado a una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) para acusarlo. Afortunadamente el evento no pasó a mayores y pudo proseguir su camino.
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Ante ello, Rodríguez lamentó que no fuese una persona joven para decirle las verdades. “Por personas como esta, por chivatones como este, seguimos así sesenta años más”.
“Las personas como usted han destruido al país” dijo Rodríguez durante la transmisión, luego en una segunda directa, donde denunciaba la situación de una familia cubana que decidió ocupar un local abandonado en La Habana ante el derrumbe, comentó: “Esas personas mayores, esos chivatones, son los que nos tienen así, porque chivatean todo lo que ven.
Fue enfático al asegurar: “Estos señores son los que nos tienen así, son los que están chivateando, que por un poco de comida malísima, nos entregan”.
El régimen cubano sembró una especia de “radares” en las comunidades, con la conformación de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), donde cubanos “sumaban puntos” por denunciar a sus propios vecinos, ante cualquier hecho que resultara “subversivo”, una práctica de la que progresivamente la sociedad ha ido deslastrándose, siendo cada vez mayor la necesidad de denunciar lo que ocurre a diario en la isla, aunque los ciudadanos elijan primero ver a ambos lados, para ver quién los supervisa, antes de decir o hacer algo que resulte contrario a la línea oficial.
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Redacción Cubanos por el Mundo