Se prenden las alarmas con el reporte de más de 7 mil reses muertas en provincia de Las Tunas. De acuerdo con conteo de medios locales la ganadería está sufriendo las consecuencias de la falta de agua y alimentos. Lo que deja en evidencia de nuevo la imposibilidad del castrismo de responder a las necesidades básicas de los campesinos.
El informe especifica que desde enero hasta mayo hay un total de 7.069 cabezas de ganado fallecidas en la provincia a causa de desnutrición y accidentes. Esto representa un aumento de 2.593 muertes en contraste con el mismo periodo del 2019. Además, los dos municipios más afectados con Las Tunas (860) y Jobabo (642).
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Las reses muertas en Las Tunas
Según el mismo reporte, los campesinos en general no disponen de suficiente agua para suministrar a las reses por lo que piden la creación de lagunas o la garantía de que será llevada pipas. Por otro lado, la escaces de alimentos frescos para los alimentos hace que criarlos sea casi imposible.
“Hace falta comida sembrada, que se pueda conservar en lugares frescos para esos días en los que no hay pastos naturales. Ya el territorio registra buenas experiencias con king grass, caña de azúcar, moringa, morera, mulato, tithonia y otras variedades”.
Hay que recordar que el régimen impuso una serie de multas y persecución de los campesinos que no cumplieron con la siembra de alimento animal prevista para la fecha.
Los inspectores insisten en culpar a los trabajadores del campo de no realizar los procesos cuando no se les están dando los insumos y libertades que corresponden para lograrlo.
Hambre en el pueblo
Los problemas para criar y mantener vivos a los animales se reflejan directamente en la vida de los cubanos. No es un secreto para nadie que hay una aguda escasez de carne de res, pollo y cerdo en los mercados a causa de la masiva muerte de los mismo y la poca rentabilidad para criarlos.
El deficit se hizo más evidente desde el inicio de la cuarentena por el coronavirus y cada día aumentan los reclamos en las calles y redes sociales por el hambre y la falta de oferta en los mercados.
A esto se suma que la poca carne que llega se oferta por precios que doblan los impuestos por el régimen y que golpen el bolsillo de los ciudadanos. Para que una familia pueda disfrutar de la proteína animal un solo día tienen que invertir como mínimo 80 pesos.
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La cadena de problemas son una muestra clara de lo que la “revolución” y el “socialismo” la hace a los cubanos. Mientras las fallas de alimentos van en aumento, los funcionarios del castrismo imponen multas, sancionan a los campesinos, se apropian de tierras y limitan la capacidad de producción. Los campesinos tienen una sola petición: que los dejen trabajar sin restricciones.
Redacción Cubanos por el Mundo
