Hace unas semanas en el hospital Mario Muñoz de Matanzas, se practicó el primer parto en mujer que había dado positivo a la COVID-19, el cual fue atendido por el ginecólogo Ramsés Isaac Marrero, que indicó que fue un procedimiento complicado.
“Una cesárea complicada de una paciente que fue positiva a la COVID-19, un parto que también fue pretérmino; pero se trajo al mundo a una niña que tuvo un peso insuficiente, pero que estos momentos está bien, al igual que la mamá”,
dijo Marrero en detalle sobre la intervención.
Asimismo, explicó que “bajo mucho estrés y bajo circunstancias muy difíciles”, los médicos cubrieron todas las medidas necesarias para no contagiarse de coronavirus, “desde los traje, la máscara o los aguas profesionales”, lo que resaltóque hizo que la operación fuera más complicada pues se tenía más ropa de lo que comúnmete se utiliza.
Para el médico, la parte más difícil fue enfrentar la presión de que todo salga bien, cuando se tiene la “vida de una madre y la vida a ese futuro bebé en esas condiciones tan difícil”.
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Además, mencionó que, contó con el apoyo de un grupo de cirujanos para atender cualquier emergencia durante el parto de la mujer con COVID-19, aunque dijo que esta fue un experiencia única y algo que él y el equipo médico no van a olvidar jamás.
Cabe destacar que el proceso se llevó a término positivamente y a bebé no quedó contagiada de COVID-19 en el momento del parto. 15 días de nacida, pudo sentir el calor de su madre, ya que debido a las complicaciones por su nacimiento prematuro y otras circunstancias que tuvo que enfrentar la mamá, no habían podido establecer contacto.
En medio de la pandemia del coronavirus, el ginecólogo Ramsés también se hizo padre por primera vez, y al igual que su paciente, semanas después tampoco ha podido estar con hija, y ni siquiera pudo atender el parto de su esposa, debido a que está atendiendo a personas con COVID-19.