En un acto completamente ridículo autoridades del régimen inauguraron en Baracoa varios polígonos de alimentos y hasta cortaron una cinta hecha visiblemente con cadeneta de papel.
La patética inauguración de estos polígonos de alimentos se realizó con la finalidad de incentivar y diversificar la producción interna en Baracoa. Al respecto, Felix Cuza presidente de la CCS Elpidio Díaz, alegó: “En este momento la ciudad necesita que nosotros los campesinos mandemos todos los alimentos que podamos para allá. Y pienso que nuestros productos son de gran aceptación en la población”.
Con más de 25 surtidos, la pequeña fábrica recientemente inaugurada produce chocobana a partir de los derivados del plátano, las frutas y por supuesto el chocolate. De la misma manera se produce harina de yuca, gofio, mermeladas y dulces en almíbar; estos últimos son endulzados con miel de abeja o guarapo.
Con la puesta en marcha de la mini industria, el CCS Elpidio Díaz alcanzó así los 19 subprogramas de la agricultura urbana y suburbana. Pero, no solo esta comunidad de Baracoa se benefició con este sistema de expendio de alimentos, hubo otras comunidades en las que también se echó a andar el polígono comunitario de alimentos con la inclusión de variadas propuestas alimenticias que acentúan la comida típica del territorio y motivan más a sus pobladores a la adquisición de los mismos.
LEA TAMBIÉN: ¡DESESPERADO! Cuba apela a los cubanos “gusanos” para que ayuden a levantar su economía
Es de acotar que previo a la inauguración de estos polígonos, se habrían iniciado otros en Mandinga y Barilla, acciones que posibilitan el desarrollo hacia adentro del territorio y enrumban a Baracoa por un camino de posibilidades en cuanto a la producción y distribución de alimentos.
En las imágenes mostradas por el Sistema informativo de la Televisión Cubana, más allá de la puesta en marcha de los llamados polígonos de alimentación, lo que llama la atención es el show montado por los funcionarios castrense a la hora de “inaugurar” el recinto, cortando incluso una cinta de cadeneta de papel en lo que sería la entrada al lugar, un hecho que resultó ridículo por demás.
Redacción Cubanos por el Mundo