Hay que tener cojones o muy poca vergüenza para ver a la tropa de choque que se ha alzado a favor de Juan Karlos el Gordo y tener que escuchar los argumentos que tienen para demostrar que, Otaola y Robertico San Martín, por ejemplo, son un par de haters.
¡Allá el que les crea!
Basta escuchar, por ejemplo, a Erich Decepción, como quiere alzarse como paladín de la lucha contra el bullying a Juan Karlos el Gordo. Un hombre que continuamente en sus directas llama hijos de puta y anormales a quienes le critican y le ofenden también. Un hombre que, no cesa de resingarse en la madre, y lo dice así, me resingo en sus madres, a quienes le critican. Un hombre que fue protagonista indiscutible del show más deleznable que se ha visto en la “televisión” de Miami cuando, en un programa trasmitido en la plataforma de Univista TV, se excedió en ofensas y en decenas de malas palabras contra Alexander Otaola, mientras Omar Moynello, el presentador, no sabía dónde meterse y tampoco cómo parar todo aquel deleznable espectáculo.
Repito: lo de Erich Decepción no es un caso aislado. Ha decepcionado a todo el mundo; incluso a varios de sus mejores amigos en la ciudad de Miami. Fue botado por eso mismo, del show de Somos MiamiTV, por hater y conflictivo. Y por eso mismo, sus campañas de donaciones a Cuba que antes, en un día superaban los mil dólares, ahora apenas llegan a $100.
Día tras día Erich responde con ofensas a sus críticos; suele ir por los muros de Facebook ofendiendo o defendiéndose con ofensas, y ahora ¿saca la cara por Juan Karlos “el Gordo”? ¿Cómo puede ser creíble, si nadie en las redes ofende tanto como él?
Quien ha lidiado con la Escobar, sabe que la joven no es fácil. Lo saben Yusnaby Pérez y Hárold Cárdenas, por ejemplo. Yadira, que suele asistir a esos eventos con sus guardaespaldas de siempre (padre y hermanos) es próclive a ofender y burlarse de quienes no coinciden con sus puntos de vista. De tono altanero, poco dada a escuchar, tal vez es dentro de este grupete la menos hater de todas, pero basta con ver el programa donde, delante de Maria Elvira poco le faltó para saltarle encima a Yusnaby.
No lo hizo en cámara, pero luego, lo vi yo, no me lo contó nadie, le acribilló a ofensas, fuera de cámaras.
Antier, esta muchacha que evidentemente tiene su problema a la hora de ser coherente en sus ideas, apareció con Inmundo García en el show de La Tarde se Muere y, cuando entró el Hater en Jefe, El Guerrero Cubano (presunto o no, no interesa) se le salió una sonrisa.
Peor que eso: cuando El Guerrero Cubana se burlaba de la novia de Luis Manuel Otero Alcántara, Claudia Genlui Hidalgo y decía que “había bailado en el tubo”, Lalo Escobar sonrió con más fuerza. ¿Puede uno tomar en serio a una mujer que se ríe de como mancillan a otra mujer?
Hay que tener vagina para reír con la entrada en escena de semejante personaje. Un tipo a todas luces machista, sexista, homófobo y odiador. Y peor aún: reír más fuerte mientras la honra de una mujer es pisoteada por otro hombre.
Basta como ejemplo, el calificativo de “Juana Juana” que él, el Guerrero Cubano, continuamente le da a Juan Juan Almeida.
Esa “A” detrás de su verdadero nombre significa que El Guerrero no solo es un odiador nato, sino que criminaliza a Juan Juan con un pretendido ataque a su sexualidad. Algo típico de los homófobos. Algo típico de machistas, que intentan de esta manera poner en una escala inferior al homosexual, y convierten en objeto de burla esa femenidad pretendida. De esto, claro, no sabe nada Decepción, open gay, porque no lo ha estudiado; ni Escobar, que no sabe más que donde queda la Calle 49 de Hialeah, y un poco de inglés chapurreao.
Si Decepción – y Lalo – conocieran del estudio de las descalificaciones por género y de las otras con las que el Hater en Jefe, llama Garrapata de Potrero a Otaola, Bistecito a Eliécer Ávila, Ultrapaja a Ultrack, y Botonsos a todos, seguramente trazara ciertos límites en su “alianza” con el Guerrero, pero ya sabemos que Erich es un desconocedor nato de muchísimas cosas que intenta superar cuando discute, proyectando su voz en una escala más alta y no dejando hablar a los demás; algo que le ha provocado irse quedando cada vez más solo. Erich no conoce la teoría del victimario y la víctima, porque ahí no llegó nunca, ni le interesa llegar, por más consejos que se le dieron y se le dan en su vida.
Hay que tener cojones, de verdad, pretender convencer a la tropa de seguidores con tan pobres argumentos y con tan nefastos aliados.
¿Quién es el principal “sponsor” de Juan Karlos ahora mismo? El Guerrero Cubano. Un individuo que encara sin rostro conocido a la Seguridad del Estado y al Gobierno Cubano; dos entes que, en los 70´impulsaron o respaldaron una cacería de homosexuales, religiosos, o individuos en desacuerdo con la línea de la Revolución, a los cuáles vejaron de cientos de maneras y luego, enviaron a campos de la UMAP donde, algunos, se suicidaron.
La Seguridad del Estado cubana es responsable directa, de la muerte de cientos de personas en el mar que, intentando escapar de su influencia y garras, se ahogaron en travesía peligrosa en balsa a los EE.UU.
Yo, Sergio Prado, sinceramente no entiendo cómo alguien con dos dedos de frente puede aliarse con este victimario del Guerrero Cubano. Un hombre que representa a un organismo y un estado que organizó turbas de linchamiento físico y verbal contra aquellos que en el 80´dijeron se querían marchar del país. La Seguridad del Estado cubana, el Gobierno cubano, esos que representa El Guerrero Cubano, incitaron a marginar, ofender y golpear a todas esas personas; algunas de las cuáles fueron separadas de sus puestos de trabajo y se quedaron sin sustento para alimentar a sus familias. Pregúntenle a Mike Porcell, por ejemplo.
La Seguridad del Estado, el Estado cubano, a quienes representa El Guerrero Cubano, son responsables directo del aislamiento social en centros de trabajo y organizaciones de masa, barrio incluido, contra miles de personas. Son responsables del bullying más grande que se ha cometido durante 60 años contra miles de cubanos. ¿Y Erich Decepción se alía con ellos? ¿Lalo Escobar sonríe de oreja a oreja con la llegada a escena del Guerrero Cubano?
De Inmundo García, un individuo cuyos antecedentes de “traficante” de obras de arte, que tanto él como su madre le robaron al Patrimonio de Cuba son hartos conocidos, no hay mucho más que decir. Tío que le da duro, duro, por demás, al talco blanco.
¿Qué puede decirse de este inmundo personaje que chanteajaba a diestra y siniestra a empresarios de Miami, con sus relaciones en Cuba con la cúpula castrista? Sobran con los dedos de una mano los ejemplos de empresarios decentes, o no tan decentes, que en esta ciudad fueron abordados por Inmundo para que le patrocinaran su programa. A todo el que se negaba les decía lo mismo; les recordaba lo mismo: sus familiares o visitas a Cuba.
Hábil en eso, y en mentir, Inmundo tiene muy poca virtud ya para representar a nadie en la ciudad de Miami. Está solo, sin apoyo alguno. Aún chantajeando o presionando a Cubamax para que le patrocine su programa. Inmundo es la guinda del pastel cada vez que, aliarse a un victimario o ponerse en contra de la víctima se trata.
La verdad, es que hay que tener timbales y vagina para uno, por más que quiera defender o creer en la inocencia de Juan Karlos “el Gordo”, no tanto aliarse, quiera hasta creer en la sinceridad de esta gente.
Alguien lo dijo el otro día. La verdadera defensa de Juan Karlos, no son esta partía de sátrapas online que le han salido.
Si alguien puede limpiar el nombre de Juan Karlos “el Gordo”, un hombre que es responsable directo de que a Yoandris Ramírez le llamen “El Dálmata” desde chiquito por haberle dicho a su madre, albina, y a su padre, negro, en pleno espectáculo humorístico que su hijo era “dálmata”, es la Seguridad del Estado cubano. Si el Guerrero da la cara, o al menos sale en vivo, con Juan Karlos al lado, tapado de la nariz hacia arríba, conversando los dos, él, el Guerrero con filtro en la voz, y Juan Karlos sin filtro, se solucionaba todo este embrollo.
Pero, ¿de verdad ustedes creen que a la Seguridad del Estado y al gobierno cubano les importa Juan Karlos “El Gordo”? No les importó la integridad física y la moral de miles de cubanos en los 70´y el 80´. Ni en los 60´.
Tampoco les importa HOY la integridad física ni moral de periodistas como Mónica Baró y Luz Escobar, contra quienes continuamente levantan infamias y calumnias; la segunda, casi que con un Récord Guinness, en encierros forzosos dentro de su casa.
La Seguridad del Estado busca hoy, quebrar con amenazas, encierros y citaciones a Yoe Suárez, joven periodista cubano. Lo ha detenido varias veces, sin citación previa, sin cumplir con los requisitos que exige la Ley; y no es el único caso.
La Seguridad del Estado, esa que representa El Guerrero Cubano, es una moledora automática de seres humanos. Especialistas en hundir psicológicamente a una persona; en aislarlo de su gente; en provocar derrumbes morales, por el bullying y las amenazas constantes, citaciones, escaramuzas, chantajes, y ahora ¿van a defender a Juan Karlos “El Gordo”?
¿Con qué moral y prestigio? ¡Absolutamente con ninguno!
Pero al lado del Guerrero, se alían, esta sarta de necesitados de atención mediática, porque cuando se trata de ir contra Yoani Sánchez, Eliécer Ávila, Chucho del Chucho, Carlitos Madrid y Juan Juan Almeida, todo vale. Desde mentiras, hasta sugerir que son homosexuales. Día a día, en Youtube, en Facebook y en Twitter.