Un campesino guantanamero implementó el uso de palmiche fermentado como alimento para sus pollos en el Municipio Manuel Tames, convirtiendo el proceso en una innovación.
Para Rafael Medina González, el campesino guantanamero, el palmiche fermentado en la ceba de pollos representa el más reciente aporte de este productor a la alimentación animal.
Según apunta el periódico Venceremos, Medina González es reconocido nacionalmente por sus investigaciones y aplicaciones en ese campo, incluso representa un paradigma en la elaboración y uso de alimentos en sustitución parcial o total del cada vez más escaso pienso industrial.
El campesino guantanamero es ingeniero agrónomo, máster y doctorante en Nutrición Animal, y a él se le atribuyen investigaciones y aplicaciones de la jícama (planta leguminosa, herbácea, de raíz globulosa, jugosa y dulce) en la alimentación de los cerdos y otros animales, así como del yogur de mapén y el probiótico Biolac.
De acuerdo a Medina, el empleo del palmiche fermentado tiene como antecedente su uso en la ceba de puercos y aves, “y se fundamenta en la integralidad y el valor proteico de ese alimento, 10,4 por ciento como promedio, de acuerdo con el aval del laboratorio de la Universidad de Guantánamo, Casa de Altos Estudios que declaró Unidad Docente a mi finca La Juanica y participa en sus proyectos de desarrollo”, relató.
Es de mencionar que la fermentación del palmiche intervienen, entre otros ingredientes, el palmiche (alrededor del 66 por ciento de los componentes), la zeolita y la melaza. Luego se esperan de ocho a 10 días para que el producto final quede listo para el consumo de los pollos.
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El palmiche fermentado puede preservarse alrededor de 11 meses, afirma Medina González, alegando que la fermentación del fruto de la palma real no emplea sal ni agua, y se corrompe de caerle lluvia, por lo que se requiere tener bien resguardado el sitio donde se procesa el mismo.
El campesino guantanamero inició la experiencia del palmiche fermentado a mediados de abril, con 300 gallinas serranas destinadas a la producción de huevos, y luego incorporó pollos serranos y camperos para ceba, con favorables resultados productivos y de engorde. Hasta el momento la finca de Medina dispone de mil 600 aves, y su propósito es mantener un ciclo mensual de alrededor de mil pollos de ceba y mil 400 gallinas para garantizar la producción de huevos.
Redacción Cubanos por el Mundo