Una fotografía fue la pista perfecta para que se generara el encuentro entre unos hermanos gemelos, luego de haber sido separados desde su nacimiento hace 23 años, en Brasil.
Tomaz Maranhão, quien vive en Fortaleza y Gabriel Ferreira, residente en Uberaba, desconocían del paradero de ambos, pero no fue hasta el descubrimiento de una foto que uno pudo ubicar al otro.
La historia de estos chicos comenzó el 25 de junio de 1997 en una pequeña ciudad en Brasil, cuando su madre Liduina tuvo a estos gemelos idénticos, pero junto a su pareja, Liduina estaba sumergida en una pobreza que la obligó a poner a los chicos en adopción.
Una vez en el orfanato, cada uno fue llevado con familias diferentes, que residían en ciudades distintas, Tomaz y Gabriel no supieron más el uno del otro por más de dos décadas.
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Las coincidencias de la vida los hizo fotógrafos a ambos; y precisamente, una fotografía de Gabriel de niño hizo que se lograra el encuentro de los gemelos, ya que sirvió para ubicar las residencias de ambos y lograron establecer contacto de manera virtual.
“No sabíamos qué hacer o qué decirnos. Nos sorprendió el parecido, y confieso que me asustó un poco. Pero fue una mezcla de sentimientos tan grande, que me sentí anestesiado y con una paz interior, un gran alivio, y sorprendido de que ocurriera tan pronto”,
dijo Gabriel a medios locales.
Desde entonces, el contacto se ha intensificado. Los gemelos pasan horas hablando casi todos los días. Se quieren poner al día de todo lo que la distancia privó a lo largo de los años.
“Toda mi vida le he echado de menos, era una sensación de pérdida. El hallazgo de Gabriel me dio un nuevo aire de vida. Me hizo ver que incluso ante toda la situación crítica y triste en la que nos encontramos, hay esperanza”,
Refirió Tomaz.
Es de destacar que Gabriel se enteró que Tomaz lo había encontrado, luego de recibir una llamada de su madre adoptiva. Ambos también tuvieron un reencuentro virtual con su madre biológica.
Gabriel fue uno de los gemelos que se mostró más entusiasmados con toda la situación: “Estaba muy feliz de poder ver quién me engendró y conocer mis raíces. Le pedí que sintiera paz en su corazón, porque el acto de darnos en adopción fue heroico y demostró que realmente quería vernos bien y sanos, como el sentimiento de cualquier madre que ama a sus hijos”.
Asimismo, para Gabriel, el encuentro con su hermano gemelo le otorgó el mejor aniversario que ha tenido en su vida, lo que atesorará en su memoria hasta el final de sus días.
