Para este martes se anunció una protesta pacífica a nivel nacional en Cuba en rechazo al asesinato de Hansel Ernesto Hernández, joven afrocubano que murió a manos de la policía del régimen. Sus convocantes, han hecho mucho hincapié en el carácter pacífico de ella, que debe prevalecer a toda costa, evitando enfrentamientos con los cuerpos de seguridad.
Pero ¿qué se sabe de la protesta pacífica? ¿Es conocido en la población cubana cómo deben los ciudadanos ejercer este legítimo derecho tras décadas de soportar a la tiranía castrista? El reclamo popular ha sido prácticamente suprimido, por lo que se hace urgente recordar el valor que en la historia ha tenido la protesta pacífica ciudadana.
La protesta pacífica no violenta se define como una manifestación del derecho a la libre expresión y con ello, a la libertad de reunión, que pasa también por la presentación y debate de ideas; así como la defensa de aquellas causas sociales que se sienten vulneradas. Es el recordatorio del derecho que tiene la ciudadanía de concentrarse para exponer sus opiniones, su voz crítica, su perspectiva.
¿Cómo debe ser una protesta pacífica en Cuba?
Estas protestas deben hacerse de forma pública, como un proceso de discusión que debe existir en todas las sociedades. Aún en tiempos de pandemia, y así como el régimen cubano no ha condenado la aglomeración a las afueras de comercios, por ser una problemática provocada por sesenta años del sistema, no existiría ninguna limitación para que los cubanos, portando el reglamentario nasobuco y guardando sus protocolos personales de higiene, salgan a manifestarse en contra del más reciente – de tantos atropellos – caso de violación de derechos humanos en la isla.
Los cubanos, luego de más de seis décadas viendo los más fundamentales derechos como la vida y la alimentación vulnerados, dejaron en un segundo plano el legítimo derecho a la reunión y a la manifestación, de carácter fundamental.
Sin embargo, deben conocer que la libertad a la reunión pacífica está establecida en el artículo 20 de la Declaratoria de Derechos Humanos, reconocida por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que además puntualiza que no solo el Estado tendrá que permitirlas y protegerlas, sino que deberá brindar garantías para facilitar su desarrollo.
No hay protestas pacíficas de una sola clase. Existen diferentes formas en las que los ciudadanos pueden y deben manifestarse de forma no violenta, como concentraciones, marchas, cierres de calle, declaraciones públicas, expresiones artísticas, entre otras formas. Es importante además, por el carácter internacional de interés, el uso de pancartas y mensajes alusivos al reclamo, para mostrar ante la opinión pública los deseos de la población.
Los cubanos tienen un ejemplo reciente de lo que logra la manifestación pacífica no violenta, coordinada y apoyada. Es el caso de Ariel Ruiz Urquiola, quien luego de cinco días en huelga de hambre ante el Palacio de Wilson, sede de la ONU y con el respaldo de la comunidad cubana dentro y fuera de la isla, la presión en redes sociales y a través de organizaciones no gubernamentales, consiguió el derecho a pronunciarse sin intermediarios ante el Consejo de Derechos Humanos de dicho ente. Era él, con su pancarta, y con el mayoritario respaldo de los cubanos libres.
Por eso, si usted sale a manifestarse por el derecho a la vida, levante su cartel con su reclamo. Si usted está cansado por los atropellos del régimen cubano, también puede elevar su pancarta. Los carteles, son una forma poderosa de manifestación y un elemento de gran importancia a la hora de desarrollar una protesta pacífica.
A protestar por el joven afrocubano Hansel Hernández y por todos los cubanos
Es intrínseco a la ciudadanía y el ejercicio de su soberanía la manifestación pacífica no violenta, cuando sienten algún derecho – en el caso de Cuba tantos – vulnerados. A propósito del interés de la prensa oficialista cubana por hechos de racismo en otros países, como el reciente caso de George Floyd, y con ello todas las acciones (inclusive las vandálicas) desarrolladas por manifestantes, es pertinente entonces que Cuba responda por casos de violaciones a derechos humanos, y hechos de brutalidad policial como el registrado en contra del joven afrocubano Hansel Hernández.
Pisar el peine de la violencia – que seguramente será promovido por el aparato comunista – solo serviría de justificación al régimen para tomar cualquier reacción violenta. Es importante que los cubanos salgan a manifestarse con la convicción de la lucha pacífica, contundente y masiva. Todos unidos, contra la tiranía cubana.
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Redacción Cubanos por el Mundo
