El embarazo adolescente en Cuba es una situación de atender. Según cifras recientes recogidas en la prensa oficial, por cada mil jóvenes entre 15 y 19 años, se registró un total de 52,3 nacimientos pero lo que hay dentro de ese número es aún más preocupante.
Los números presentados por Cuba para el informe sobre el Estado de la Población Mundial 2020, del Fondo de Población de Naciones Unidas, guardan también datos de madres menores de 15 años, edad en la que de acuerdo a convención internacional se promedia la reproducción adolescente.
Aunque las cifras apuntan al 82 por ciento del embarazo adolescente entre los 15 y 19 años, un 18 por ciento corresponde a niñas entre los 10 y 14 años de edad en Cuba.
No deja de ser alarmante la estadística presentada, que en su mayoría corresponde a niñas en plena etapa de desarrollo físico y psicológico, indicador que a su vez se traduce en mayor índice de pobreza, pues con el embarazo adolescente, no logran ni culminar la secundaria básica; esto además de los riesgos físicos que implican para una niña en este rango, dar a luz.
Números del embarazo adolescente en Cuba en crecimiento
Preocupa que en Cuba existe en las últimas décadas una tendencia a la alza en los embarazos adolescentes, en comparación con la tasa de fecundidad del país, todo según cifras oficiales. Más del ochenta y cuatro por ciento de los casos, las limita a labores domésticas, al abandonar prontamente sus estudios. Y aquí entra un asunto racial, de interés para aquellas organizaciones que circunscriben las limitaciones de la población afro a un país específico en función de ideologías.
Recoge así Cubadebate, en publicación del 02 de julio de 2020: “Se identifica un patrón a partir del cual las adolescentes negras, con bajos niveles socio-económicos, no vinculadas al estudio y trabajo y sin vínculo conyugal, son más vulnerables a presentar embarazos tempranos”.
Estos embarazos en plena formación del adolescente, traen consigo otro indicador negativo para el desarrollo de la población más joven de la isla. Terminan en matrimonios infantiles que entorpecen el libre crecimiento de las adolescentes y la definición de núcleos familiares nada positivos para la sociedad.
También alertan que del total de menores de un año que murieron en 2019, el 30 por ciento corresponde a la maternidad adolescente. Al no estar listas para ser madres y/o padres, en medio de las mayores dificultades económicas, sus hijos son más propensos a accidentes o falta de cuidados.
El exhorto es al cuidado preventivo, no como tarea de la mujer sino del hombre también durante el acto sexual, aunque la principal tarea de Cuba sería ofrecer suficientes mecanismos de protección, pues el acceso a los anticonceptivos es bastante limitado en la isla – por no decir que inexistente – y con ello, la irresponsabilidad sexual difícilmente podrá atenuarse.
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Redacción Cubanos por el Mundo
