Con mas de 25 años de experiencia en la mecánica, Ángel Bartolo Jerez Pérez, es un cubano que a pesar de cargar diariamente con una mandarria de 40 libras, no imagina un día sin hacerlo y asegura: “Eso es la vida mía”.
El hombre que labora como mecánico en el taller Hanoi de la Unidad Empresarial de Base de equipos y talleres de la empresa de construcción y montaje, Coingex, en la provincia de Granma, manipula la mandarria de 40 libras como si fuese un martillo de juguete.
Ángel Bartolo Jerez Pérez con un peso de 170 kilogramos y una alta estatura ha dedicado su vida junto a sus compañeros de taller, a reparar camiones de acarreo de materiales, grúas autopropulsadas, motoniveladoras de gran porte y automóviles en general.
Trabajando hasta los domingos Ángel Bartolo recuerda al medio local La Demajagua que su primer oficio fue el de soldador, donde permaneció 10 años hasta que se vio seriamente afectado de la vista y sería declarado interrupto laboralmente.
Al verse limitado, el hombre que vive por su actual trabajo pidió que lo enviaran a estudiar algo que “sí pudiera hacer” y fue enviado al Instituto Técnico de Holguín, donde estudió mecánica, labor que ejerce con amor hasta la presente fecha y piensa seguir ejerciendo hasta su jubilación, incluso más tiempo.
“Si al llegar el momento de jubilarme (dentro de 11 años) y yo puedo rendir un poquito más, sigo, pues esto es la vida mía”, puntualizó.
Además de mecánico, “El Gordo”, como cariñosamente lo llaman sus compañeros del taller es pintor de equipos automotores, sin embargo, su trabajo está abocado principalmente a la reparación mecánica que ejecuta en el taller Hanoi, en la provincia de Granma.
Ángel Bartolo Jerez Pérez es ejemplo viviente de que cuando las personas hacen lo que les apasiona, no lo consideran trabajo ni esfuerzo… literalmente porque, ¿acaso no es esfuerzo y trabajo andar dando mandarriazos a equipos de hierro y acero con una cosa que pesa 40 libras?
Redacción Cubanos por el Mundo