A pesar de los extremos cuidados para evitar la propagación del coronavirus, existen ciertos eventos o lugares que se consideran “superpropagadores” del virus. El primer lugar lo ocupa “la fiesta de cumpleaños”.
El doctor Abraar Karan, médico e investigador de Salud Pública de la Facultad de Medicina de Harvard, estudió tres escenarios diferentes, para identificar los factores de riesgos.
El especialista señala, que, aunque los perfiles de riesgo pueden discrepar entre eventos parecidos, existen ciertos elementos que deben ser atendidos. Por ejemplo, en una aglomeración de personas, en un espacio cerrado sin ninguna protección (mascarillas), todos los factores son de alto riesgo.
El primer evento: “fiesta de cumpleaños”
El pasado 30 de mayo, se realizó una fiesta sorpresa con la asistencia de unas 25 personas. El anfitrión del festejo, desconocía que estaba contagiado de coronavirus. Para finales del mes de junio, se conoció que ocho miembros de la familia más 10 amigos, habían contraído el virus. El 1 de julio, uno de los contagiados falleció.
Respecto a estos eventos, señala el doctor Karan:
“Si estás en una fiesta de cumpleaños, hay mucho contacto. También hay personas que hacen cola para usar el baño”, lo cual los pone juntos en pequeños pasillos donde el distanciamiento social es imposible”.
Además de esto, en una fiesta, los asistentes por lo general, consumen alimentos y bebidas. Esto aumenta la posibilidad de que no usen la mascarilla, favoreciendo la propagación. A eso se le añade, que por efecto de las bebidas alcohólicas, la gente comienza a desinhibirse y va perdiendo la medida de distanciamiento social.
“Estamos pidiendo a las personas que cambien sus comportamientos, que hagan cosas que no son naturales para ellos” … “Si se añaden cosas como el alcohol, es más probable que las personas vuelvan a su comportamiento normal, están menos inhibidas y puedan olvidarlo”.
Dr. Abraar Karan
El segundo lugar lo ocupan “los bares o restaurantes”.
El pasado 8 de junio, un restaurant techado con una terraza al aire libre, ubicado en el estado de Michigan, reinició sus actividades al público, luego del cierre obligado debido a la pandemia de coronavirus.
Se cumplieron las medidas ordenadas: el personal recibió la capacitación concerniente a las prácticas seguras, las mesas se ubicaron considerando la medida de distanciamiento social, y la capacidad fue del 50 %, equivalente a unos 225 clientes.
Un mes después, se supo de 152 infecciones en 13 condados del estado de Michigan. Todos relacionados con asistentes a este restaurant.
“Acudir a un bar o restaurante cubierto puede llevar a un territorio arriesgado”… “Cuando hay personas que comen, no usan máscaras, mastican y hablar, y van a estar cara a cara, uno frente al otro”
Dr. Abraar Karan
En ambos eventos existe un punto en común: la comida y bebida. El acto en sí mismo (comer o beber), hace que las gotas bucales puedan transmitirse entre los asistentes.
Las altas temperaturas también representan un factor de riesgo. Debido que se ha podido observar que, a través de los sistemas de aire acondicionado, pueden volar gotas del virus.
Los baños, las puertas, y todas aquellas áreas de “alto contacto” son factores potenciales de contagio.
“Es importante tomar precauciones. Pero al final del día, no importa cuántas precauciones tomes, algunas cosas son de alto riesgo y los bares son una”.
Dr. Abraar Karan
El tercer evento estudiado: El ensayo de un coro
En el pasado mes de marzo, 61 miembros de un coro se reunieron para su respectivo ensayo semanal. Uno de los integrantes tenía síntomas de resfrío.
Tras investigaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) realizados días después, se constató que 53 personas estaban contagiadas de coronavirus. Dos de ellas, fallecieron.
Aquí el factor detonante pudo ser el canto. Al igual que cuando se come, o se grita, se expulsan gotas de saliva por la boca o nariz.
“Cuando realmente estás respirando fuerte, estás produciendo más aerosol, gotas más pequeñas que pueden flotar en el aire”.
Dr. Abraar Karan
