Mujeres en una cola para la adquisición de productos de aseo personal en Santiago de Cuba, se halaron de los pelos y se fueron a los puños, según denunció vía Facebook uno de los presentes.
Mostrando imágenes de una larga cola en la que supuestamente vendían productos para la higiene personal, José Batista Falcón, relató en un post en la referida red social; “hay fajazón, mujeres halándose los pelos y dándose golpes”.
Así mismo, detalló que el evento de violencia por alcanzar los anhelados productos, se suscitó en la tienda La Campana Palma Soriano, de Santiago de Cuba.
“Así quiere la Dictadura Castro Canel tener al pueblo cubano de a pie”, puntualizó Batista.
Según el testigo de los hechos, la trifulca se generó por el expendio de productos altamente demandados en el aseo personal, como lo son la pasta dental, el jabón y el desodorante, insumos de higiene que en cualquier país del mundo pueden ser adquirido por cualquier persona en cualquier lugar, con el tamaño y la marca que el consumidor prefiera sin hacer cola alguna.
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Sin embargo, este tipo de eventualidades en Cuba son más frecuentes de lo que se cree, de hecho, forma parte de lo normal y cotidiano hacer colas por largas horas para poder comprar lo que no es un lujo sino mas bien una necesidad. Incluso es también usual que después de pasar largos periodos de tiempo en una fila para adquirir un producto definido, al llegar el turno, dicho producto ya esté agotado.
Excusándose en un bloqueo internacional y ahora la existencia de la pandemia generada por el covid-19, el régimen no admite una crisis y un desabastecimiento que lleva años afectando a todos los cubanos; porque ya no se trata de quién tiene o no el poder adquisitivo, ya que hasta con el dinero en la mano es imposible comprar en Cuba.
La crisis en Cuba se ha incrementado en los últimos meses debido a la pandemia del coronavirus que afecta el país. Incluso en el momento más crítico de la curva de contagios que reporta el Gobierno, las colas continuaron.
Aunado al desabastecimiento están los “controles” a los cuentapropistas, las reducciones en la producción nacional, las limitaciones financieras, la ineficiencia en la distribución y la viveza criolla de quienes motivados por la misma situación se rebuscan en actividades como la de los llamados “coleros”; individuos que se dedican a revender turnos a quienes no están en disposición de hacer una cola por largas horas.
Redacción Cubanos por el Mundo
