Un evento de transmisión local en el Consejo Popular Pilar Atarés, en La Habana, obligó al cierre inmediato de la zona para evitar la propagación del covid-19; ahora nadie entra y nadie sale.
El confinamiento se endureció, vecinos de la localidad solo ven desde sus ventanas a las autoridades pasar para supervisar la zona, desde que el pasado 7 de julio el Consejo de Defensa Provincial de La Habana, decretara el cierre del Consejo Popular Pilar Atarés.
Sin embargo, se ha explicado paso a paso cómo funcionará el aislamiento ahora reforzado en esta área, comenzando por la puesta en marcha de pruebas PCR al cien por ciento de los habitantes de la zona, de manera que al detectarse un caso positivo, automáticamente se enviará al centro de salud determinado. Otra de las acciones para controlar el virus, es la pesquisa diaria con termometría que ejecutarán dos veces en el día trabajadores de salud y estudiantes de medicina.
En cuanto a la adquisición de insumos básicos por parte de los habitantes del Consejo Popular Pilar Atarés, se supo que supuestamente las familias tienen asignadas una tarjeta para salir por día a comprar productos alimenticios y de primera necesidad, y así evitar aglomeraciones. En los mencionados puntos de venta habrá un médico y un policía en cada entrada del recinto.
Según la prensa castrista “todos los puntos de comercio están surtidos, para que la población no carezca de los servicios de primera necesidad”. Así mismo aseguran que se garantizará la recogida de la basura y el abastecimiento del agua.
Y finalmente se ha establecido como punto más importante para cortar la transmisión del coronavirus, el control entre las personas que entran y salen del Consejo Popular Pilar Atarés, estimando que este aislamiento reforzado terminará mas o menos el 10 de agosto.
LEA TAMBIÉN: La Habana lejos de recuperarse: Reportan 4 casos nuevos de coronavirus
Redacción Cubanos por el Mundo
