Eduardo Matías López Ferrer es un cubano de 64 años de edad que desde hace 30 años salió de la isla y está dedicado a ayudar a miles de coterráneos a encontrar refugio en México y los recibe en lo que decidió llamar: “La casa del balseo”.
El hombre que actúa como un salvavidas de miles de cubanos que llegan a México en busca de un mejor futuro, tiene prohibido el ingreso al país que lo vio nacer y por si fuera poco le ha tocado ser víctima de amenazas y hasta atentados por solamente ayudar y asesorar a sus paisanos.
Eduardo Matías López Ferrer es abogado, motivo por el cual brinda además de vivienda y comida, asistencia legal a los migrantes cubanos que huyeron a México con la esperanza de encontrar refugio.
El hombre que salió de Cuba asqueado por el sistema y temeroso por su vida, reside en Ciudad de México junto a su esposa y sus tres hijos. A una de sus hijas la bautizó con el nombre: Habana del Alma, dejando claro el sentimiento de apego y amor que tiene hacia su tierra.
“La casa del balsero”
Eduardo Matías López Ferrer vive en edificio multifamiliar con carentes lujos y de cuatro niveles, ubicado sobre la calle Mar Mediterráneo en Tacubau, un barrio popular en el centro norte de Ciudad de México.
Tres de los apartamentos del respectivo edificio fueron alquilados por López Ferrer. En el segundo piso hay una vivienda donde reside él con su familia y en el tercer piso Matías preparó un pequeño albergue para recibir a sus hermanos cubanos, incluso comentó que ha llegado a tener 87 personas allí refugiadas.
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La casa del balsero es un apartamento pequeño de dos dormitorios, una cocina donde preparan las comidas tradicionales de Cuba, un baño compartido y un salón espacioso con algunos muebles, un par de camas y una litera. Para no dejar a nadie en la calle, López tiene guardadas varias colchonetas que saca cuando es necesario.
Las paredes están tapizadas con los nombres de los fusilados en la isla y de los presos políticos cubanos, también hay fotos de Matías en diferentes eventos y de algunos migrantes que han pasado por su albergue.
Actualmente tiene sólo cuatro: tres hombres y una mujer embarazada. Muy pocos, tomando en cuenta que al menos 8.677 cubanos solicitaron un salvoconducto para permanecer en México el pasado año. Lo cierto es que ninguno de los cuatro cubanos que se encuentran en la casa del balsero, le tiene que pagar por estar ahí o por su asesoría legal.
El precio que le tocó pagar a Eduardo Matías López
El acto altruista de Eduardo Matías le ha costado un alto precio, este hombre no solo tiene que lidiar con la prohibición de volver a Cuba, sino que además ha sido acusado de ser un “traficante de personas” que supuestamente se ha enriquecido moviendo cubanos hasta la frontera de Estados Unidos. El régimen en reiteradas oportunidades a usado sus medios para presentarlo como “un coyote muy rico que cobra exuberantes sumas a quienes traslada”.
Según relata él mismo, dichas acusaciones comenzaron hace seis años, cuando en un acto público defendió las declaraciones de la periodista independiente, Yoani Sánchez, ante la Cámara de Senadores de México.
“Al finalizar la charla le hicieron un acto de repudio, tiraron billetes impresos con la cara de ella y le gritaron mercenaria y yo hablé a la prensa presente a favor de Yoani”, tiempo después, su foto comenzó a circular con el título de “traficante”.
Así mismo comentó que presume que la Seguridad del Estado y la policía política, ha intentado asesinarlo en dos ocasiones. Una de ellas cuando lo golpearon en un taxi y le advirtieron que “parara en lo que hacía” y otra cuando su auto, en perfecto estado, explotó de repente frente a sus ojos y los de su familia.
Redacción Cubanos por el Mundo
