A propósito del polémico audio donde una directiva del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) manifiesta que no quieren voces amaneradas en las emisoras del régimen, el reportero de Univisión, Carlos Cabrera, exiliado cubano, recuerda cómo en Cuba le negaron una plaza de trabajo por “afeminado”.
En sus redes sociales, el cubano, que actualmente pertenece al staff de Noticias Univisión Orlando & Tampa, contó en sus redes sociales cómo él vivió en carne propia la discriminación de la radio y televisión cubana.
“Siempre quise esperar el momento oportuno para contar mi historia sobre el por qué emigrar era la solución inminente y alejarme de Cuba sería el comienzo de mis pretensiones”, dijo iniciando el texto que enmarcó en la discusión actual sobre el discurso de Yusimi González, directiva del ICRT.
“Escuchando a Yusimi González, me regresé al 2013 y literalmente se me retorcieron las tripas. Reviví mi historia, que es también la de muchos como yo y la de otros que, aún silenciados, continúan allí oprimidos, sin hacerse valer por su calidad humana y profesional. Muchos que llegan al ataúd y nunca “salieron del closet” por temor a perder sus posiciones en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT)”, escribió.
Homofobia en Cuba: una realidad “institucionalizada”
Contó cómo siendo un periodista en el año 2013, a poco de haber egresado de la Universidad de La Habana, soñaba con llegar a la televisión estatal, empezando como reportero del Noticiero Juvenil.
Él esperaba convertirse en reportero de culturales y ahí comenzó a intentar moverse en ese mundo con sus colegas en la fuente. No contaba con la homofobia en Cuba.
“Me gradué en el 2012 y, como resultado de la burocracia cubana, no puede ser ubicado en el ICRT. Mi dirección correspondía a mi provincia y allí el país me necesitaba para cumplir mi servicio social. Tocaba viajar de Yaguajay a Sancti Spíritus todos los días en camiones, Yutong o lo que apareciera y cumplir cabalmente dos años en pago a la Revolución por haberme formado. Me negué a dejar La Habana, a renunciar a mis sueños”.
En la búsqueda de sus aspiraciones, asegura que intentaba suprimir cualquier deseo de emigrar, hasta que se topó con Bárbara Betancourt, quien entonces dirigía el Sistema Informativo, para – según confiesa – ayudarlo a tomar la “decisión más acertada” de su vida: salir de Cuba.
“No podía darme la plaza de reportero de culturales porque yo era afeminado. Se hicieron varias reuniones y Carlos Armando Cabrera Gutiérrez no resultaba tener los requisitos adecuados para que Clotilde Serrano lo aceptara en la redacción” comentó.
Es por ello que, en el momento donde circula la negativa del ICRT de aceptar a las voces “suaves y platinadas”, recordó inevitablemente la “homofobia institucionalizada” de la que él mismo fue víctima.
“Clotilde Serrano, Bárbara Betancourt y Yusimi González, entre muchos otros son solo la expresión de algo mayor: la política de exclusión de la Revolución Cubana dictada por Fidel Castro”.
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Redacción Cubanos por el Mundo
