El castrismo sigue culpando a los cubanos de sus errores. En un artículo publicado en el diario oficialista Juventud Rebelde, el autor llama a los “coleros”, una de las tantas profesiones inventadas por el “hombre nuevo” y que se sostiene por la escasez de alimentos y productos, “desfachados” y “exprimidores”.
Nelson García Santos, quien escribe el artículo, afirma que quienes se dedican a esta práctica son una “plaga a la vista pública” que se multiplica conforme avanzan los problemas de abastecimiento a nivel nacional.
García afirma que los “coleros” perjudican el “mercado oficial” y a la población, sin mencionar por supuesto, la destrucción del aparato productivo del país a manos del castrismo y las pésimas políticas económicas que rigen los mercados.
“La complementan los acapadores que funcionan de mercado mayorista ofreciendo mercancías al por mayor. ¡¡¡Todos!!! Apuntalan sus marañas con un gravísimo accionar corruptor”.
Afirma además que la práctica de los “coleros” se extiende por toda Cuba, ya que quienes ejercen la “profesión” se encargan de captar gente, especialmente mujeres o personas con discapacidad.
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Por supuesto no desaprovechó la oportunidad para elogiar a las autoridades castristas y su “lucha” contra este sistema de comercio.
Pero hay una verdad latente en las calles cubanas que este autor parece ignorar. Y es que ante la falta de soluciones por parte del régimen, el pueblo debe buscar vías alternas para conseguir productos.
¿No se acabarían los coleros si los mercados estuviesen abastecidos? Pongamos como ejemplo Venezuela, un país “hermano” de Cuba.
Hace unos años, las colas frente a los locales eran palpables debido a la escasez de productos. Hoy día, existen gran variedad de artículos en las tiendas venezolanas ya que el régimen de Nicolás Maduro permite la importación de mercancía por parte del sector privado.
Esto significó un alivio tanto para la población venezolana como para el propio régimen, quien ahora concentra sus esfuerzos es abastecer sus mercados populares, dejando que el comercio privado se autoabastezca.
Este tipo de práctica acabó con los revendedores en Venezuela y abrió la posibilidad de un mercado competitivo.
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Pero en Cuba todo parece ir al revés. El castrismo abre tiendas en dólares con productos que los cubanos no pueden pagar por su elevado costo.
Y mientras tanto se dedica a culpar a los cubanos de los problemas que ellos mismos originaron producto de sus políticas fracasadas.
Redacción Cubanos por el Mundo
