26 julio 2020.
Señor Daniel Quintero. Alcalde de la ciudad de Medellin.
Mi nombre es Ernesto Rodríguez y soy ciudadano cubano. Cada mañana cuando despierto tomo mi teléfono y hago mi rutina de siempre, para saber cómo amanece el mundo.
Empiezo por el Nuevo Herald de mi ciudad, luego paso al ABC de España, le dedico unos minutos al Bangkok Post y termino con El Colombiano. Cuál fue mi sorpresa, al leer que usted le pidió a la Embajada Cubana en Bogotá, que le envíe una brigada médica especializada en Unidades de Cuidados Intensivo.
Entiendo la urgencia sanitaria que padecen su ciudad y prácticamente la mayoría de los países del mundo por el Covid-19 y que a usted lo debe tener de los nervios. Tal decisión conlleva a un problema ético.
Pedirle colaboración a un país, donde no se respetan las libertades civiles de sus habitantes y viola sistemáticamente la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, de la cual es signataria; le hará cómplice de la peor dictadura que ha tenido América Latina.
Ya en enero del 2020 la ONU hizo un llamado de advertencia a Cuba por explotación laboral de médicos en el extranjero. ¿Sabe cuánto gana un medico en Cuba al mes? El equivalente 224 mil pesos segun el cambio de hoy. Lo peor es que usted pagará con dinero de los colombianos a una misión médica, donde cada profesional solo recibirá el 20 por ciento de su salario y el 80 por ciento ira a los bolsillos de la dirigencia Cubana. Pero no solo eso.
También serán parte de la brigada médica, represores con batas blancas y estetoscopios, que no saben diferenciar entre aspirina y un supositorio, cuya única función será vigilar a los cooperantes y por los que ustedes también pagaran miles de dólares mensualmente. Por supuesto el adoctrinamiento no puede faltar aunque sea de manera furtiva. Trataran de inocular la pandemia comunista, que ha causado mas de 100 millones de muertos en el mundo.
Ha escuchado usted de la misión “Barrio Adentro” en Venezuela? Pues eso fue parte del problema que llevo al país vecino al desastre que tiene. El difunto dictador Cubano le envió a Chávez, a quien Dios tenga bien lejos, miles de médicos y maestros que terminaron sembrando cizaña en las mentes de los más pobres y vulnerables.
¿Sabe usted qué pasa cuando uno de esos médicos decide abandonar la vergonzosa misión y vivir en libertad? El mismo gobierno con el que usted coquetea, le niega la entrada a su país por 8 años; aunque muera la madre, la hija, y toda su generación. ¿Sabe la razón? Para el régimen ese profesional, se convierte en un traidor a eso que en Cuba llaman “La Patria”. Usted se imagina que ha un colombiano se le prohíba regresar a su propio país por 8 años.¿Imposible verdad? Entiendo que por su cargo y alta responsabilidad, no dispone de tiempo para andar curioseando en la red.
Testimonios hay muchos, que ponen en duda la eficacia de mis paisanos. La misión médica enviada a Italia fue un fracaso. Los médicos de ese pais lamentaban la falta de capacidad de los cubanos en la UCI. Al final los mandaron a recorrer los vecindarios para hacer labores “educativas”, porque en los hospitales eran elefantes en cristalería. Recientemente los médicos mejicanos se estaban quejando de lo mismo en su país.
Aducían que los miembros de la brigada Cubana carecían de preparación para estar en las unidades de cuidados intensivo y no aportaban nada. Le pedían a López Obrador que contratara a mexicanos que serian más útiles y económicos. Lo invito a que busque en la red.
En Perú, más de lo mismo. Si no tiene tiempo me ofrezco, con mucho gusto, a enviarle toda la información. Existe el falso mito de la maravillosa salud Pública Cubana. Le invito a que vaya usted y entre a un hospital de la isla. Ratas por doquier, techos que dejan ver las cabillas de su estructura, camas mugrientas sin sabanas, baños sin tasas de inodoro, ventanas rotas tapiadas con cartones y guantes quirúrgicos secándose al sol en tendederas.
Me cuesta trabajo entender como usted pide ayuda a una tiranía que ha cobijado y apoyado a los delincuentes, narcotraficantes y violadores de niños de las FAR y el ELN, que han causado la muerte de miles de colombianos. Evidentemente ninguno familia suya. Usted se preguntará: ¿porque me preocupo tanto por Medellín o Antioquia o Colombia? Le cuento.
Desde hace quince años amanezco todos los días con una paisa hermosa y bien berraca, que llena mi vida de colores. Las arepas, los tamales y el buñuelo ya son parte de mi dieta diaria. Porque a las 12 no me pierdo la Tusa de olímpica ni por el “Putas” aunque haya estado en otros continentes. Porque Medellín es la ciudad más limpia de América latina y los antioquenos, los más amables y educados. Porque tengo amigos de buen corazon desde Laureles a Jericó. Y porque no quiero que llegue a Colombia la ideología asesina que arruinó mi país.
Sin dudar le hubiese pedido a Dios, que de no haber sido cubano, me hubiesen dado a luz en el Atanasio Girardot, en medio del frenesí y los cantos e insultos de verdes y rojos. Sin otro particular, le saluda atentamenteErnesto Rodríguez.