Como si se tratara de un chiste de mal gusto, el régimen cubano a través de sus voceros, precisó 60 años después que los sueldos deben “satisfacer” las necesidades de los trabajadores y sus familiares. El Ministerio del Trabajo, ha descubierto el agua tibia.
La burla del castrismo hacia las condiciones de vida de los cubanos parece no tener límites, el régimen no solo juega con las necesidades de la gente, sino que además se mofa de la inteligencia colectiva. Una muestra de esto, son las recientes declaraciones de la Ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, quien con el mayor descaro del mundo destacó que luego de más de medio siglo de gestión, el gobierno ha comprendido que el salario debe ser “la fuente principal de satisfacción de las necesidades del trabajador”.
Años sobre años de crisis, y ahora sí, la prioridad del Gobierno es garantizar que los niveles de ingresos por el trabajo constituyan la principal fuente de satisfacción de las necesidades del trabajador cubano así como también eliminar todas las trabas que limitan las ganancias de quienes realizan el mayor esfuerzo y terminan devengando 40 dólares o menos al mes.
“La vida ha demostrado que poner indicadores límites asociados al cumplimiento de planes no da resultado. Usted tiene que pagar a los trabajadores por los resultados concretos de la riqueza que se genere. El límite tiene que ponerlo la eficiencia”
Cuba, que solo ha logrado ser desplazada por Venezuela en el ranking de países con los sueldos más tétricos de la región, después de 6 décadas, admite el abuso cometido hacia sus trabajadores. La ilustre Ministra, agregó en sus cínicas declaraciones que pese a las medidas adoptadas recientemente en materia económica, aún “no se ha logrado rescatar el papel del salario” en la isla, de manera que “será necesario eliminar límites administrativos al salario en el sector empresarial”.
En medio de la ambigüedad del régimen, en un discurso que va y viene, los cubanos siguen debatiéndose en sus propias necesidades, tratando de hacer milagros con lo poco que ganan y buscando suplir con sueldos miserables las necesidades más básicas de sus hogares.
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Parece mentira que personas que sucumbieron ante la precariedad de lo que siempre han ganado por decisión gubernamental, ahora deben aplaudir que el régimen cubano incluyó en el “funcionamiento adecuado de la economía”, “la generación de empleos de calidad y el incentivo al trabajo a través del salario”.
Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho; que 60 años después el castrismo haya descubierto que los sueldos están universalmente dispuestos para “satisfacer las necesidades de los trabajadores”, no es sinónimo de que la vida laboral de los cubanos vaya a cambiar para bien, ya que la funcionaria castrista dijo que será necesario “estudiar los mecanismos económicos de compensación”, pero no puntualizó plazos ni medidas concretas. Posiblemente pasen 60 años más.
Redacción Cubanos por el Mundo
