El conformismo que el regimen castrista ha inoculado en los cubanos parece no tener límites; lo mísero y austero les parece suficiente a pesar de que pagan por ello, muestra de eso fue una cubana que se mostró contenta porque pudo comprar picadillo de res, hamburguesas y alitas de pollo en una tienda.
Es evidente que luego de mucho tiempo sin ver carne en ninguna de sus presentaciones, encontrarla así sea en minúsculas porciones será motivo de alegría. Sin embargo, esta es la cotidianidad de los cubanos que han vivido 60 años en un sistema que quebró por completo el aparato productor del Estado, y sometió a las personas a una crisis signada por el hambre y la miseria.
Paula Cruz, es una cubana de 57 años de edad, que al percatarse de que había menos personas de lo habitual en una tienda de su localidad, se puso contenta. Pero su alegría fue mayor cuando se fijó que en dicho local comercial estaban vendiendo picadillo de res, alitas de pollo y hamburguesas.
“Ayer decidí entrar en Mi casita de 16, en Playa, donde había una cola pequeña y la tablilla anunciaba picadillo de res, hamburguesas y alitas de pollo. Fui la número 18 y en menos de 30 minutos salí con todos los productos que decía la tablilla, racionados igual, pero en 30 minutos, lo que quiere decir que con estas medidas podemos demorarnos menos en las compras”, relató la cubana.
La mujer se mostró contenta por dos razones que en cualquier país del mundo sería ilógico alegrarse: la primera porque consiguió carne racionada y la segunda porque para comprar lo que al Estado le dio la gana que comprara, hizo una cola donde obtuvo el puesto número 18.
El régimen, que antes culpaba solo al bloqueo estadounidense del desabastecimiento en Cuba, ahora ha añadido a esa excusa la repotenciación de una figura que lleva años pululando en el día a día de los cubanos: los coleros. De manera que el pueblo ha perdido el foco sobre la verdadera causa de la crisis y ahora no solo se alegra cuando encuentra un poquito de lo básico sino que también es motivo de felicidad hacer colas más cortas gracias al castrismo y sus medidas que son los grandes héroe de la historia.
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Redacción Cubanos por el Mundo
