Los activistas cubanos Lázaro Yuri Valle y Eralidis Frómeta resultaron arrestados de una forma violenta por denunciar los hechos de corrupción que ocurren en las colas para comprar comida.
En un video difundido en las redes sociales se puede ver como los agentes castristas arremeten de una forma brusca en contra de los opositores que alzaban su voz por las injusticias que ocurren en la isla.
El hecho se registró el miércoles en la mañana frente a la TRD Vía Azul en Avenida 26, La Habana, mientras intentaban acceder a algo de comida.
Según narraron, Eralidis Frómeta entró a una tienda situada cerca del Zoológico de la avenida 26, a comprar un paquete de pollo, dos botellas de vino seco y dos de vinagre. Cuando salió, la esperaba la policía, quien procedió con su arresto.
Chivatos acusan sin fundamento
Los activistas indicaron que, un “chivatazo” de una militante del Partido Comunista que vigilaba la cola, acusó a Eralidis Frómeta de que supuestamente iba a revender los alimentos que había comprado.
Dicha situación motivó a los esbirros del régimen a volcarse en contra de la mujer para arrestarla.
Por su parte, su esposo Lázaro Yuri Valle Roca, estaba grabando el video y cuando empezó a gritar consignas en contra de la dictadura castrista, los policías se le fueron encima para arrestarlo.
Lárazo indicó que, la “chivata” que los acusó de supuestamente revender los productos es cómplice de la administración de la tienda, y se dedica a esconder los productos para darle otro uso y no el que está establecido de venderlo a la población, situación que los activistas han denunciado en varias ocasiones.
La razón de la acusación de la mujer al parecer fue porque los activistas se acuden en varias ocasiones a la cola para comprar, ya que cuentan con una familia numerosa y normalmente solo les permiten llevar pocos productos en cada compra.
“Yo vivo en un núcleo familiar de 10 personas donde hay 4 niños y tengo que salir a menudo a comprar porque no venden todos los productos juntos; un día sacan aceite, otro pollo, luego puré y por eso salgo pero ni soy colera, ni revendedora”.
Indicó Eralidis Frómeta a Radio Martí.
Ambos activistas informaron que tras ser liberados fueron acusados de “desacato”. No obstante, ninguno de los dos firmó la acusación.
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Redacción Cubanos por el Mundo
