Leosvel Estrada Ruiz, es un joven cubano que con apenas 14 años de edad tuvo que comenzar a prostituirse para poder ayudar a su mamá a pagar el arriendo y comprar comida, situación que puso en riesgo su salud, al punto que terminó contrayendo VIH.
Leosvel y su madre Mariela Ruiz relataron la deplorable situación que enfrentan desde hace años, ante la mirada indolente y hasta burlesca del régimen cubano. Desde que el joven cubano estaba muy pequeño han vivido sumidos en la inestabilidad por no contar con una vivienda propia; cuando el niño tenía apenas 6 años fueron botados de la casa donde residían y no hubo desde entonces alguna medida que los amparara.
Leosvel creció viviendo junto a Mariela en un completo ambiente de calamidad, aupado en gran medida por la crisis que se vive en el país; donde los sueldos no alcanzan, las personas no tienen dinero para cubrir las necesidades básicas de cualquier ser humano y la comida es inaccesible. Todo esto conllevó a que el joven cubano, a la edad de 14 años comenzara a prostituirse para poder ayudar a su mamá a pagar el alquiler de su casa y cubrir los gastos de la alimentación de ambos.
“Yo con esas personas no quería acostarme y lo tenía que hacer obligatoriamente para tener aunque sea con que comer y con que pagar el alquiler”
Por su parte Mariela en su rol de madre ha tenido un doble sufrimiento al enterarse que su hijo se prostituía para ayudarla con los gastos y encima terminó enfermo de VIH: “Enterarme que mi hijo tenía VIH fue un golpe más duro todavía, y enfrentar aquella realidad tan difícil sin tener yo ni siquiera un vaso de leche para darle”, precisó la progenitora de Leosvel.
En una casa al borde del colapso, hecha con viejas tablas de madera y latas que corroídas por los años dejan pasar la luz, el agua y sobre todo la desesperanza, Mariela y su hijo viven en la completa miseria, asegurando que muchas noches han tenido que acostarse sin comer. Madre e hijo han acudido a todos los entes gubernamentales en busca de ayuda y aunque hace 18 les abrieron un expediente donde catalogaban su situación como “crítica”, hasta la fecha nadie ha hecho nada por ellos.
“No le importa nada al gobierno y menos como estamos nosotros viviendo. Dieciocho años esperando y se han reído de nosotros”
Cuenta Leosvel que ante tanta desidia y necesidad vio en la prostitución una forma de ganar rápidamente algo de dinero, por eso decidió acosarte con varias personas, hasta que en una de las oportunidades su preservativo se rompió y terminó contagiándose de VIH.
“A veces me acostaba con 3, a veces con 4, depende como estuviera la noche, porque son 5 pesos por cada persona lo que pagan ahí”
Sin casa, sin trabajo, con su hijo enfermo de VIH, en un contexto de pandemia y sin ayuda de nadie, es lo que le ha tocado vivir a Mariela Ruíz, quien asegura que es muy “rudo”, ya que además perdió las esperanzas de recibir apoyo por parte del régimen porque la dictadura solo ayuda a quienes tienen para ofrecer dinero a cambio.
La horrible realidad que viven el joven cubano y su madre Mariela Ruiz no es lejana a la que viven muchos cubanos dentro de la isla, la única diferencia es que este caso salió a la luz en un trabajo publicado por Cubanet, mientras que los muchos otros permanecen bajo la sombra de los medios subordinados al régimen o sencillamente no son denunciados por temor de las propias víctimas a ser acosados por el Estado.
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Redacción Cubanos por el Mundo
