Un dilema que acompaña a los cubanos desde hace décadas. La discusión que ha dividido las iniciativas por la democracia y que en la actualidad, sigue cobrando vigencia: ¿Por qué los ciudadanos de la isla no se rebelan ante un sistema opresor? Esto a propósito de la llegada de la ayuda humanitaria recolectada por el exilio en Miami para los ciudadanos en la isla, que aún no ha llegado a las manos de las familias que se inscribieron en la petición de la campaña “Solidaridad entre hermanos”.
El testimonio de una cubana reseñada durante el programa Hola! Ota-ola, conducido por Alex Otaola y transmitido a través de Cubanos por el Mundo, recoge el pesar de una madre cubana que – a sabiendas de lo que se vive en la isla – se pregunta sobre las razones por las que la población no reclama lo que por derecho le corresponde.
“Aquí todo está mal. Es lo básico, un pomo de yogur, un vaso de leche. Pero tu hijo te dice que tiene hambre y tú tienes que decirle que se comió el último pan que le tocaba. Vamos a decir que vamos a sacarlo. Es un problema de proponerlo, de decir como ser humano, como papá, como mamá, como abuela, que no queremos eso para nuestros hijos. No querer que nuestro hijo se tenga que prostituir. Eso está, y es de cubano a cubano”, comentó la mujer en alusión a la forma que han elegido algunos jóvenes en la isla para ganarse la vida.
Ante ello, la mujer abordó el arribo de la llegada de la ayuda humanitaria, misma que a través de la Aduana controlada por el régimen y del Consejo de Iglesias que responde al Partido Comunista de Cuba (PCC) se niegan a entregar a los responsables de su distribución, como un reclamo que no solo en Cuba se conoce sino de dominio internacional.
“La ayuda está ahí. El mundo entero sabe que la ayuda es para el pueblo. Y el mundo está viendo que la dictadura no quiere dejar pasar, y no quiere porque no le da la gana y cuando tú tienes un pueblo analfabeta, un pueblo con hambre, carencia o necesidad, lo puedes llevar hasta donde tú quieras y puedes hacer de ese pueblo lo que te da la gana” dijo la mujer.
Por último sugirió una forma de lucha, no solo para el ingreso de la ayuda sino para confrontar al sistema opresivo. “Ya que el cubano piensa con el estómago, que piense que puede tener en el frío una tina de helado en la nevera, para que su hijo se lo pueda comer cuando quiera” acotó.
Redacción Cubanos por el Mundo
