Tuvo que llegar una tormenta tropical a Cuba para que los habitantes de la provincia de Cienfuegos, pudieran acceder al pescado fresco sin que la policía del régimen los acosara.
Por lo menos la naturaleza con sus fenómenos ha logrado darle a los cubanos lo que el propio gobierno les ha quitado: la posibilidad de comer carne de pescado fresco. Irónicamente la gente en Cuba a pesar de vivir en una isla, donde la variedad de especies marinas para el consumo abundan, desconocen lo que es sentarse en una mesa a comer pescado recién sacado del mar, sin que esto implique cometer un delito.
Ahora, gracias a Laura, no la delegada provincial sino la tormenta tropical, decenas de cienfuegueros salieron a capturar pescado fresco con sus propias manos, luego de que el brazo de mar de la Bahía de Cienfuegos inundó parte de la Avenida 66 de la mencionada ciudad.
El extraordinario momento quedó registrado en imágenes, Yoel de la Paz, fotógrafo y testigo de las circunstancias, tomó varias fotografías que posteriormente publicó en su muro de la red social Facebook, alegando que esta es la “única manera” que tiene la gente de comer pescado en Cuba.
Mientras Laura a su paso por países del Caribe dejó daños y personas damnificadas, con Cuba fue lo suficientemente generosa como para dejarle a sus habitantes un privilegio que el castrismo hace muchos años les quitó: comer pescado fresco, por tal motivo los cubanos no perdieron el tiempo y con el agua a la cintura aprovecharon de capturar ejemplares de varias especies para el posterior consumo.
“¡Qué buenas fotos! El mar trajo peces al morral de los cienfuegueros”, “Eso sí es noticia. La empresa Pescacien llegó tarde. La naturaleza multiplicó los peces para la alimentación del pueblo”,”Se comportó muy bien la tormenta Laura con los cienfuegueros. No nos dejó daños. Y sí regaló peces”, fueron parte de los comentarios de las personas que agradecen a Laura por devolverle a los cubanos la posibilidad de alimentarse con proteína proveniente del pescado.
A pesar de que los cienfuegueros agradecen el gesto que tuvo con ellos la tormenta tropical, resulta indignante ver que se susciten este tipo de acciones, donde un pueblo hambriento tiene que poner sus esperanzas en una inundación para poder comer lo que la naturaleza por sí sola les trae. Finalmente los cubanos pudieron pescar sin ningún tipo de acoso o persecución, cosa que en condiciones normales habría sido motivo de decomiso por no tener los permisos que el régimen considera necesarios.
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Redacción Cubanos por el Mundo