El ingenio cubano sigue revelando las desgracia que debe vivir el pueblo. Pedro Pumarino, un habanero que molesto por no poder ir a la playa debido a las medidas contra el coronavirus en La Habana, decidió hacer su propio jacuzzi en plena calle del reparto Buenavista, gracias a un salidero de agua que lleva tiempo sin ser reparado por las autoridades.
“Esta es la única piscina natural” dijo el cubano en referencia al bache que es solo uno de los tantos que se pueden ver en la capital y que el castrismo no se dedica a reparar. Al cubano se le ve vistiendo unos pequeños short e incluso nasobuco, siempre teniendo en cuenta las medidas de prevención contra la COVID-19. “¿Cuándo van a reparar esto? Nadie sabe”, gritan sus vecinos.
Esto podría parecer una ocurrencia, pero sus trasfondo es meramente social, ya que el cubano se queja de que el hueco lleva tiempo en una de las vías más transitadas del municipio Playa y que la dictadura no ha tomado ningún tipo de acción al respecto. “Tremenda piscina” dice el joven. Incluso para “acomodar” su espalda logró amontonar escombros en la parte de atrás y quedar cómodo en su nuevo jacuzzi.
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“Esto es para que vean el salidero que hay aquí. El flaco decidió meterse ahí. Ya que no tengo amigo coronel tengo jacuzzi privado”, dile en el post.
Las carreteras cubanas son un dolor de cabeza para los chóferes de la isla, quienes afirman que la alta cantidad de accidentes de tránsito en Cuba se deben al mal estado de las vías y no a la imprudencia de ellos como dice asegura el régimen cubano.
Redacción Cubanos por el Mundo