La escasez y desabastecimiento de alimentos parece ser lo único que avanza en Cuba, a niveles que incluso el arroz está a un precio más caro que la misma carne de cerdo en Sancti Spíritus.
Por medio de la prensa castrista, el régimen se ha encargado de evadir la responsabilidad de la falta del cereal para la venta liberada; lo que trae como consecuencia el incremento en del precio en el mercado informal; el cual se presenta como la única opción para que la población pueda tener acceso al producto.
Las razones de que el precio del arroz cotice más caro que la carne de cerdo, según el régimen se deben a la sequía que redujo las producciones de todas las empresas arroceras del país y como siempre, culparon al “bloqueo económico de EEUU”, aunado al impacto de la COVID-19; que además “multiplicaron por cero las importaciones del cereal”.
La miseria de la dictadura a ajustado a cinco libras de arroz por persona, las cuales están siendo distribuidas de forma subsidiada, dos adicionales sin subsidio y otras dos más, para un total de nueve libras, con las que las autoridades piensan que pueden aliviar el impacto de la pandemia en materia alimentaria.
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En el informe audiovisual de Escambray, reconocen que esta cantidad de arroz no alcanza para cubrir las necesidades de los cubanos durante un mes. No se justifica que aún cuando las industrias de arroz están en la provincia, la misma tenga el rubro a un precio incluso más caro que al carne de cerdo, porque ni siquiera en el territorio hay presencia del grano en el mercado.
La incapacidad del régimen, hará que la producción de este año solo sea de unas 163 mil toneladas, lo que es un baja cifra de acuerdo a la demanda de unas 700 mil toneladas; ante esto, la venta liberada se mantiene detenida, y hasta el momento se desconoce cuándo se reanudará.
El vacío que deja el arroz en la mesa de los cubanos es bastante evidente; pues se han dejado de distribuir 560 mil toneladas de arroz mensuales solo en Sancti Spíritus.
La población está disgustada con la incapacidad del régimen, que fomenta en escalada el desabastecimientos, pues con los otros productos con los que algunos suplantan el arroz, como las viandas, tampoco se consiguen en los mercados; tampoco las pastas y la harina de pan.
Redacción de Cubanos por el Mundo
