Prioridades confusas en La Habana y en Cuba en general. Cientos de denuncias inundan las redes sociales en torno a la carencia de ambulancias en los principales hospitales del país, teniendo que ser los ciudadanos trasladados a riesgo en carretillas, o a hombro si es necesario, en medio de un padecimiento; mientras, el régimen muestra el desfile de patrullas de la policía, disponibles según para la seguridad de la población pero conocidos por la disidencia opositora, pues ante cualquier mínima alerta de protesta, tienen la capacidad para ubicar un patrullero a las afueras de las residencias de opositores.
En medio de la pandemia por coronavirus, las calles de La Habana han quedado desiertas en hora de la noche, tras decretarse el toque de queda para contener al virus, definido entre las 07:00 de la noche y 05:00 de la mañana.
“Lo primero que prevalece es el aumento de nuestra variante operativa a todos los Consejos populares de la ciudad. La tarea es garantizar mayor seguridad ciudadana en cada uno de los trabajos de la vía pública”, dijo Osvaldo Moré, jefe de agrupación UPP.
Luego añade otro funcionario, que la tarea fundamental es mantener la seguridad “y la salud” de la ciudadanía. El patrullaje les ha funcionado, según refieren en su mayoría, para supervisar la falta del uso del nasobuco o el uso incorrecto del mismo.
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Esta vigilancia en La Habana, refieren hacerla de forma “humana”, aun cuando desde el inicio de la pandemia se han denunciado hechos como los registrados con las dos jóvenes en Lawton, quienes además de haber sido agredidas, golpeadas, y dejadas a la deriva en la calle, fueron posteriormente ubicadas para llevar a la cárcel, al grabar el accionar de un funcionario de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
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Redacción Cubanos por el Mundo