El ministro de la Industria Alimentaria de Cuba, Manuel Sobrino Martínez, tuvo la lengua suelta durante la edición del miércoles de la Mesa Redonda y aseguró que, comer langosta y camarones sería un lujo para los cubanos por lo que debe evitarse ya que podría provocar que falte la leche para los niños.
«Si nos damos el gusto de comer langosta y camarones faltará la leche de los niños».
Aseguró.
No obstante, estas palabras solo aplican para el pueblo cubano de a pie, que de por si no puede adquirir ese tipo de alimentos, ya que seguramente a los miembros de la cúpula comunista si les sirven langosta en sus mesas.
«Vamos a estar pasando más trabajo con un grupo de productos que hay que garantizar con este dinero».
«No renunciamos a comerlo (…). No es que nosotros decimos que los cubanos no tenemos derecho a eso. Nosotros sí aspiramos a eso, a poderlo tener disponible para todos los cubanos, pero debemos tener conciencia de que estamos en una situación compleja».
Argumentó el ministro de la Industria Alimentaria de Cuba.
Para el pueblo de Cuba no hay langosta, pero sí tripas
Durante el mismo programa del miércoles de la Mesa Redonda, el funcionario castrista de la Industria Alimentaria de Cuba después de decir que la langosta es un lujo para los cubanos, aseguró que, la dictadura cuenta dos millones de metros de tripas “recuperadas” de los cerdos y las reses con las que se podría alimentar al pueblo de la isla.
En su descaro, el castrista se atrevió a decir que, este tipo de acciones “no son de países pobres” y que en Cuba hay cultura de comer ese tipo de alimentos y seguramente la razón es que para el pueblo de a pie es casi imposible acceder a la carne de res o cerdo, mientras que el pollo no aparece, a pesar de que EEUU asegura que las importaciones de la proteína siguen aumentando en la isla.
Redacción Cubanos por el Mundo
