Jugar con el hambre de los cubanos es uno de los deportes que mejor practica la dictadura castrista y una vez más lo deja en evidencia al pretender ahora alimentar al pueblo con 2 millones de metros de tripas “recuperadas” de cerdos y reses.
Así lo aseguró el ministro de la Industria Alimentaria (Minal), Manuel Santiago Sobrino Martínez durante el programa televisivo la Mesa Redonda de este miércoles. El funcionario castrista habló de presuntos “logros” y las proyecciones de la dictadura en los venideros meses en materia alimentaria a pesar de que, la realidad es que el hambre sigue haciendo de las suyas en la isla.
Mientras la dictadura castrista ahora pretende alimentar a los cubanos con las tripas de los animales, el cerdo y las reses se destinan al turismo, y a los platos de los funcionarios comunistas, muchos de ellos gordos y que no caben en su uniforme.
“Se trabaja por estos institutos, por nuestros investigadores, por nuestro personal técnico que también está en todas las líneas de producción, en nuestros laboratorios, otro grupo de medidas”.
Aseguró Sobrino Martínez.
“Se ha logrado recuperar, por ejemplo, Randy, dos millones de metros de tripas de la res y del cerdo”.
Agregó el castrista, una cifra que equivale a 2 mil kilómetros de tripas para los cubanos.
El descaro comunista para alimentar a los cubanos con tripas
No obstante, para los comunistas no solo basta con sumergir a los cubanos a la miseria al querer alimentarlos con tripas, sino que, el ministro de alimentación aseguró que, esta acción “eso no es de países pobres, eso es un aprovechamiento cárnico de países desarrollados”.
“Hay cultura en Cuba de consumir eso (…) Se hacen excelentes productos, se sustituyen importaciones”.
Se atrevió a decir.
Por último, el funcionario comunista aseguró que, de las tripas de los animales que han sido “recuperadas” del cerdo y las vacas hoy se aprovecha el 18%.
“Pero mucho mondongo que tendrá el pueblo a la mano porque “estamos incorporando varias máquinas, equipamiento construido ya en nuestra propia industria, más eficientes, para poder llegar a más cantidad de metros de vísceras”.
Es de dominio público que para un cubano de a pie es casi imposible comprar carne de res o cerdo por su alto costo en Cuba.
El Ministro de la Industria Alimentaria aseguró además, y en plena televisión nacional, que comer langosta y camarones sería un lujo que si se le permite a los cubanos no podrían darle leche a los niños.
Al parecer Mariela Castro, la hija del ex mandamás cubano Raúl Castro Ruz, renunció a tomar leche en el 2018, cuando fue fotografiada, sonriente, comiéndose perrísima langosta en un balcón habanero, frente al mar.
En el colmo de la estupidez, pero digno de este hombre que a duras penas sabe hablar, dijo que con el dinero que se podía a destinar a la compra de camarones y langostas, mejor se garantizaban otros alimentos más baratos y necesarios, aunque, claro, olvidó que Cuba es una isla en el medio del mar, y que el colmo sería tener que comprar la langosta en el extranjero.
«Si nos damos el gusto de comer langosta y camarones faltará la leche de los niños» dijo.
«No renunciamos a comérnoslo (…). No es que nosotros decimos que los cubanos no tenemos derecho a eso. Nosotros sí aspiramos a eso, a poderlo tener disponible para todos los cubanos, pero tenemos que tener conciencia de que estamos en una situación compleja» se justificó.
Sobrino aseguró que la producción de seis de los productos de la canasta básica (leche en polvo, pollo, trigo, harina, aceite y soya) el país gasta diariamente 1,6 millones de dólares.
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Redacción Cubanos por el Mundo
