“Hoy Silvio no duerme”, me dice desde La Habana un amigo entrañable conectado al mundillo musical y la farándula en la isla desde que tenga yo memoria. El caso es que la BBC publicó un listado de sus 50 canciones más icónicas y todo el mundo está hablando del lugar ocho alcanzado por Pablo Milanés con su tema “Para Vivir“.
Muchos aseguran que por delante de “Para Vivir” debió haber estado “Yolanda“, pero el hecho es que BBC seleccionó la primera y de hecho, es la única canción de un cubano entre los diez primeros puestos.
En el listado aparece Silvio Rodríguez once puestos más abajo, en el 19, con “Ojalá“; cuatro puestos por delante de otra cubana, Celia Cruz, con “La Vida es un Carnaval“.
“Ese hombre debe estar que revienta por dentro,” dice mi amigo desde La Habana.
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El asunto es viejo y tiene canas y ninguno de los dos ha querido abordar el asunto de la ruptura entre ambos. ¿Cómo pasaron, Silvio y Pablo, de ser amigos e íconos de toda una generación de cubanos, a convertirse en enemigos? Cada cual tiene seguramente su versión, pero ninguno de los dos la cuenta.
Algunos aseguran que la rencilla se debe a motivos políticos. Básicamente que a Silvio no le gustó la posición política de Pablo.
Cierto o no, lo que sí es un hecho consumado y conocido, es que a Silvio parece dolerle que, por ejemplo, Pablo sea más mencionado, entrevistado y querido, como su disco. Sería difícil percibir un favoritismo, pero sin dudas buena parte de los cubanos prefiere al Pablo sincero, rebelde y “por la línea”, que no al cara pálida de Silvio, que a veces tira para un lado y a veces para el otro; la mayoría de las veces hablando en circunloquios, como si pusiese especial cuidado en cada palabra que dice para no molestar al poder, aunque él sin dudas se sabe intocable.
A Pablo le debe importar un soberano comino todo eso.
A Silvio, en La Habana, le molesta que Pablo, por ejemplo, tenga 5 Premios Grammy y que él, por seguir buscando el Unicornio, aún no tenga ninguno.
Ahora, con este listado de las canciones más icónicas de BBC, Silvio debe estar caliente por verse once puestos por debajo de Milanés, rezando que Ojalá pase algo que lo borre de pronto. Una luz cegadora, un disparo de nieve, mientras Pablo, relajado, pudiera cantarle:
“Y ahora ya ves lo que pasó
Al fin nació, al pasar de los años
El tremendo cansancio que provoco ya en ti
Y aunque es penoso lo tienes que decir“.
Redacción Cubanos por el Mundo
