El médico cubano Manoreys Rojas Hernández, considerado como “desertor” por el régimen castrista por abandonar la esclavitud y buscar una mejor vida, declaró recientemente a la prensa española, sus vivencias desde aquella difícil decisión. Especializado en traumatología y ortopedia desde 2009 , salió a su primera misión como esclavo en 2014 para Ecuador, donde estuvo un año y medio.
Actualmente, este cubano de 37 años reside en Miami, es uno de los más de 600 testimonios que se incluyen en la denuncia presentada por Prisoners Defenders ante la ONU y la Corte Penal Internacional, de cómo el régimen de La Habana somete a sus especialistas a una especie de esclavitud moderna, que intenta tapar bajo el gastado discurso de “cooperación médica internacional”, detalla el diario ABC de España.
Al ser preguntado que si fue obligado a irse de misión al extranjero, él indica que lo que lo obligó fue la situación crítica que atraviesa Cuba, ya que la esperanza de “estar mejor” es lo que impulsa a los médicos a separarse de sus familias buscando más ingresos, pese a que el castrismo se queda con la mayor parte de su salario.
“Bueno voluntariamente… Realmente fui obligado por la situación en Cuba, especialmente económica. Además hay mucho chantaje con este tema. Por ejemplo, con el caso de Venezuela… Nadie quiere ir de misión allí. Cuando comenzaron, la situación era muy buena, pero como las condiciones han empeorado y nadie quiere ir”.
Cuenta que los especialistas que se niegan a ir a Venezuela son “chantajeados” con que no serán tomados en cuenta para otras misiones en países más “favorecidos”. Recuerda que cerca del 90 por ciento de los médicos que se gradúan en Cuba quieren salir de misión, debido a la situación precaria que existe en la isla comunista, además de su pésimo sistema hospitalario. “Las misiones suponen para nosotros una salida”.
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Cuenta que él estudiaba Filología inglesa, pero sus ganas de salir de Cuba eran mucho más grandes, por lo que decidió cambiarse a medicina. “Para mí era mejor salir de misión que tener que vender pescado después de mi trabajo, o criar cerdos. Algo que tuve que hacer”.
En cuanto a la corrupción del régimen dentro de sus misiones internacionales, está la de los medicamentos. Cuba vende a los países “combos” de medicamentos especializados para diferentes patologías, por los cuales cobra sumas estratosféricas. En su intento por seguir facturando, el castrismo obliga a los médicos a administrar los medicamentos.
Durante su estancia en Ecuador, por ejemplo, estaba destacado en el programa “Pie diabético”, donde usaban un medicamento llamado Heberprot-P de manufactura cubana. Rojas Hernández cuenta que el fármaco es costoso. “Cuba lo vende a más de 35 países, entre los que se encuentra España, a quien le vende cada frasco por más de 750 euros, en las clínicas privadas. Se trata de un fármaco para evitar la amputación en pacientes diabéticos”, explica.
Teniendo esto en cuenta, los médicos que administraban el medicamento debían informan que se le había dado todo a un solo paciente, haciendo creer que se había administrado el frasco completo, por el cual se cobraba 350 dólares en Ecuador. “Así que hicimos un gasto de 13,8 millones de dólares en medicamentos. Y de ese dinero nosotros no recibimos nada”.
Salario de los médicos cubanos en las misiones esclavas
Pese a la millonaria suma de dinero que cobra Cuba por sus médicos esclavos, este cubano afirma que su salario era de 800 dólares mensuales, cuando él firmó un contrato por tres mil 800 dólares al mes. Eso además de que se le retira su pasaporte cubano cuando llega al país, para ser como una especia de “garantía” y no abandone la misión esclava. Tampoco pueden viajar con el título académico, pero Rojas logró esconderlo muy bien, aunque fue descubierto y expulsado de la misión.
Sin embargo el título de poco le sirve, ya que para validarlo, tiene que hacerlo a través del régimen cubano, tramite que resulta “engorroso y costoso”, especialmente para los que son considerados “desertores”.
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Este médico cubano dejó a su familia atrás
La decisión de abandonar la misión médica en Ecuador llegó cuando regresó a Cuba para unas vacaciones y se consiguió con un país en ruinas, devastado por el comunismo, sin medicamentos, sin alimentos, sin productos de aseo.
Esto lo llevó a tomar la decisión más difícil de su vida, dejar a su familia atrás para poder tener oportunidades de una mejor vida alejado de la miseria comunista. “Tras vivir en Ecuador me di cuenta de que no podía aguantar más en mi país, donde no encuentras de nada, ni siquiera un yogur para tu hijo. Y no quería volver a eso tras concluir mi misión”.
Sabía que el “castigo” por abandonar la misión esclava eran ocho años de exilio forzado, aunque afirma que él posiblemente, nunca pueda entrar de nuevo a Cuba. Ya lleva cinco años sin ver a sus hijos, no puedo viajar cuando murió su papá y aún le faltan tres años más para cumplir con lo que estipula la dictadura cubana.
“Siempre pensé en sacar a mis hijos, pero no he podido. El daño psicológico para mi familia ha sido terrible”. Intentó ver de nuevo a su familia a través de un crucero que hacía escala en La Habana, pero el castrismo no permitió que atracara por llevar a bordo “médicos desertores”.
La única vía que tiene este cubano para volver a ver a su familia es que Estados Unidos les conceda una visa humanitaria que les permita salir de Cuba. “Estoy esperando la incorporación de Zúñiga al consulado, para ver si se puede tramitar”.
Redacción Cubanos por el Mundo
