El director cubano de cine porno, Jorge Molina, se habría negado a llevar a cabo una producción pedida desde España, pero para que fuese filmada en Cuba, por “obvias razones”. El creador afirma que las condiciones en la isla no son las idóneas para realizar este tipo de producción, ya que reina mucho “la censura, el sexo, el bestialismo y la doble moral”.
“Si me llevan para España o Francia revoluciono la industria porno”, respondió Molina a la persona que desde Barcelona lo llamó para realizar la producción en la isla con talento local. Al parecer, los productores españoles habían quedado “enganchados” con su filme “Molina’s Ferozz” y querían otra creación del director cubano.
Pero cuando se es un cineasta independiente en Cuba, así como un periodista, artista o activista, es muy difícil llevar a cabo las creaciones, pues el régimen comunista mantiene un constante acoso y critica cada una de ellas. En el caso del cine porno, el régimen, que por un lado siembra la fallida ideología del llamado hombre nuevo y permite que los cubanos se prostituyan con los turistas extranjeros, no permite la reproducción de estos filmes, ya que atentan contra las “buenas costumbres”.
Este anécdota fue posteada en Facebook por el periodista cubano Michel Hernández, quien afirma haber tenido esta conversación con el director cubano. “La anécdota me la acaba de contar en un larga conversación en la que repasó el significado que le concede a ser en Cuba un cineasta independiente, los detalles de películas suyas como Molina’s Ferozz”.
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Afirma que Molina está muy seguro que si le dan la oportunidad de “revolucionar la industria del porno internacional” lo haría por completo. “¿Si te ofrecieran dirigir una película pornográfica con todos los recursos que lleva, la harías? “Haría el peliculón porno más grande que se haya hecho. Tenlo por seguro”.
¿Lo dudan? Aquí tienen dos secuencias de Molina Feroz una de sus películas “porno” de culto.
Sinopsis: Campiña cubana. Miranda, una hermosa adolescente vive junto a su madre Dolores, mujer cuarentona, viuda y aún atractiva, en un apartado rincón de la sierra. Allí, son ayudadas por Inocencio, fornido leñador, hombre de mediana edad, hermano de Lucio, el marido muerto de Dolores, y vecino más cercano. En la soledad de la noche, al acecho del Cagüeiro y de los recuerdos perturbadores de su malvada abuela, Miranda y su madre, se debaten entre la pasión y el deseo por el bueno de Inocencio.
Es así como Cuba pierde a sus creadores y artistas, debido a las políticas “doble moral” que reinan en el país, la persecución y la censura. Jorge Molina es solo uno de los tantas personas con talento que saben que apostar en su país bajo el régimen comunista que aún gobierna, es perderlo todo en algún momento.
Redacción Cubanos por el Mundo
