Este 1 de octubre la dictadura levantó las medidas de restricción en La Habana, dando paso a la reapertura, pero el castrismo reconoce que el motivo detrás de esta decisión, fue para intentar aliviar la economía en ruinas.
En una nota publicada por un medio oficialista, reseñan que el toque de queda, entre entre otras medidas que se tomaron en la capital por la compleja situación epidemiológica, fueron perjudiciales para la producción no solo en la provincia, sino en todo el país.
Según explican, la apertura de La Habana tuvo que ser obligada para mejorar la economía en ruinas por la que atraviesa el país desde hace décadas, pero que con la pandemia del coronavirus se ha incrementado. La flexibilización busca mejorar los servicios, importar, exportar y retomar una de las mayores fuentes de ingreso de divisas para el castrismo, el turismo.
La Habana: una reapertura responsable para contribuir a la economía https://t.co/eLMdbgblDS
— Agencia Cubana de Noticias (@ACN_Cuba) October 2, 2020
El cabecilla del castrismo en La Habana, Luis Antonio Torres Iribar, reconoce que tras siete meses fracasando en el intento por contener la crisis epidemiológica, ha empeorado la economía, por lo que “se impone la necesidad de producir”.
El funcionario mencionó que se tomarán una serie de medidas que involucren a todos los ciudadanos posibles, y cada una de ellas tienen un aseguramiento para que se cumplan; donde destacó que la más compleja es la del sector transporte.
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Mientras tanto el plan para mejorar la economía en ruinas parece incluir el beneficio que obtiene el régimen a través de la imposición de multas exageradas, ya que se levantaron varias medias, pero esa no; bajo el pretexto de que es para proteger a la ciudadanía de aquellos que incumplan las medidas sanitarias.
Además, Torres Iribar mencionó que están preparados para que los servicios no funcionen, ya que ante la aparición del COVID-19 han tenido que adaptarse y emprender un aprendizaje constante; por lo que el Consejo de Defensa Provincial está preparado para cambiar las disposiciones tomadas, en caso de que fracase la prestación de algunos servicios.
Pese a que ya se hizo la reapertura en La Habana, el régimen todavía no tiene listo el esquema de reglas para el transporte público, ya que siguen trabajando para dar a conocer las cifra de personas que pueden ir a pie en una unidad.
“Los grandes parques funcionarán pero sin las partes de bailable y con las capacidades de cafeterías y restaurantes al 50 por ciento”
reseña la prensa castrista.
Dejarán que se hagan actos culturales siempre y cuando no tengan grandes convocatorias y se irán reabriendo los teatros con las medidas de precaución, aunque los estadios funcionarán a puerta cerrada. Por su parte, dijeron que los gimnasios si permanecerán cerrados, aunque la población puede hacer ejercicios en la calle.
Redacción de Cubanos por el Mundo
