Un post escrito ayer en su perfil de Facebook por la cantante y compositora cubana Haydée Milanés ha convocado el esfuerzo y las letras de no pocos cubanos, no pocos artistas, preocupados por el destino de Cuba, de su gente, a raíz de los actos de acoso, chusmería barata y en general de abuso y atropello en contra de los jóvenes cubanos integrantes del movimiento de San Isidro.
Por más que muchos puedan creer lo que quieran creer e intenten deslindarse de las responsabilidades o ni siquiera estar de acuerdo por el modo en que estos artistas se manifiestan contra la sociedad – hay que reconocer que históricamente han sido los artistas e intelectuales de todo el mundo los críticos más acérrimos de las sociedades – no hay modo en que encaje como “humano” y “justo” el atropello recibido en la propia puerta de su casa por la crítica, curadora e historiadora Anamely Ramos.
No hay modo de ver y no sentir repulsa por el acto de repudio al que fue sometida la artista Tania Bruguera, a quien en plena calle le gritaron “Perra, cochina, mercenaria”, entre otras “linduras lingüisticas” salidas de la boca de gente con muy poca preparación y de modales, ninguno.
El acto de repudio a Tania Bruguera en el barrio San Isidro. Lo publica en las publicaciones de la oficialista Prensa Latina un perfil con rostro de Carlos Marx y que se hace llamar Mario Valdés. Escuchen el “civismo” de esta turba lo que le grita a Tania. pic.twitter.com/PDkcvoLc9P
— Rolando Nápoles (@RNapoles) October 12, 2020
Muchos, desde ayer, luego de visto todo esto y visto el post acusador que el cineasta cubano Carlos Lechuga dirigió al mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, se están preguntando ¿dónde está Alexander Abreu?
Sí, porque Abreu fue víctima de una campaña de acoso en las redes y el gobierno y estado cubanos, con todas sus armas, salió a defenderlo como pecio cargado de oro.
La lógica indicaría que Abreu, ahora, se solidarizara con estas otras víctimas, tan artistas como él, pero el chico nacido en Pueblo Griffo Viejo, en la sureña provincia de Cienfuegos, no ha asomado siquiera su brillante calvicie; y de lo sucedido con Anamely y Tania, o con su coterránea Katherine Bisquet, Abreu no ha dicho jota.
Alexander Abreu no aparece y no comenta. Casi todos los artistas están protestando por una cosa que al parecer, Abreu no ha visto o no quiere ver.
Se esperaba su opinión, incluso, en el muro de la propia Haydée Milanes, donde tantos otros artistas expresaron lo que creen con relación a lo escrito por ella donde, una vez más, ponía no el dedo en la llaga – ya sabemos que Haydée suele ser sincera en extremo y no hurgadora de heridas – sino, el corazón en medio del pecho de Cuba. Si Alexander Abreu dice que le dicen Cuba, lo menos que pudo haber hecho es haber dado un like. Sin embargo, no lo ha hecho y es probable que no lo haga nunca.
Tampoco es obligado que lo haga, pero luego de uno leer a Harold López Nussa, Cucurucho Valdés, Mario Guerra, Luis Barbería, Daymé Arocena, entre otros artistas; después de escuchar las opiniones de Pedro Luis Ferrer y Eduardo del Llano, la pregunta está en el aire: ¿Dónde está Alexander Abreu que no opina?
Algunos dirán que en su conciertazo de ayer, aupado por el régimen de La Habana. Otros dirán que “concentrado en su música”, pero lo cierto es que “el maestro” parece no querer opinar del problema de estos “otros artistas” en el muro de ningún artista; ni en el de él.
¿Dónde están Samuel Formell, César “Pupi” Pedroso, Elito Revé, Manolito Simonet, el del Trabuco? ¿Acaso están esperando una orientanción del Partido Comunista de Cuba?
No obstante todo eso, la pregunta queda lista para ser respondida:
“¿Dónde estás tú, Abreu, que si ayer te ví protestar, ahora yo no te veu?“
Redacción Cubanos por el Mundo