Dos iglesias en Santiago de Chile, escenario de violentas protestas desde hace un año, fueron vandalizadas y quemadas por presuntos manifestantes, a manera de “conmemorar” el aniversario de las manifestaciones que iniciaron el pasado mes de octubre de 2019 y que desde entonces no se han detenido. Durante la jornada además se registraron saqueos a diferentes comercios, afectando severamente la actividad comercial de la capital.
La primera de las iglesias en ser atacada fue la Iglesia San Francisco de Borja, donde los Carabineros de Chile se dan cita usualmente para llevar a cabo ceremonias institucionales. Luego los protestantes fueron hasta la Iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital chilena con más de un siglo de antigüedad.
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De acuerdo con la agencia AFP, los encapuchados incendiaron la estructura y la cúpula de la misma cayó producto del fuego. Mientras ocurría, las personas alrededor celebraban. “Cuando la Iglesia de la Asunción ardía, bomberos y rescatistas hicieron un cerco para evitar que el colapso de la estructura impactara sobre la gente”.
Los bomberos llevaban a cabo sus labores de rescate mientras los manifestantes gritaban “qué caiga, qué caiga”.
“Que caiga, que caiga”, gritaron algunos encapuchados, que celebraron la posterior caída de la cúpula de la pequeña iglesia, conocida también como la “parroquia de los artistas”, según recuerda la prensa local. Los comercios alrededor de la “plaza de la Dignidad”, lugar que fue bautizado de esa manera por los encapuchados, fueron saqueados, entre ellos un supermercado de una cadena internacional, y también se registraron ataques de encapuchados a algunas comisarías de la periferia capitalina, como Puente Alto.
Los manifestantes ondeaban pancartas y banderas de Chile, pidiendo una “mayor igualdad”, pese a que la nación sudamericana es la que mayor progreso tiene en materia económica, política y social.
El ministro del Interior, Víctor Pérez, en declaraciones desde el palacio de gobierno de La Moneda, dijo por la noche que “tenemos que lamentar pocos hechos de violencia”, y calificó los ataques a las iglesia como “una expresión de brutalidad”. Añadió que el gobierno “tiene conciencia de que los grupos violentos van a tratar de seguir actuando y generando daños y perjuicios”.
Redacción Cubanos por el Mundo
