Para darle uso “racional” a los medicamentos, el Ministerio de Salud en Holguín decidió regular la venta y uso de Alprazolam, Clordiazepóxido y Diazepam, medicamentos muy buscados por los cubanos y que en la llamada “potencia médica” no se consiguen. El aparato de propaganda del régimen ya puso en marcha su mensaje para intentar venderle a los holguineros esta nueva decisión, alegando que se hace con la finalidad de “ elevar la calidad en la atención médica”, cuando la realidad es que si un producto pasa al “tarjetón”, es muy difícil que se vuelva a ver.
La Dirección Provincial de Salud del territorio oriental informó que ahora se establecerá una cantidad máxima de venta en los medicamentos antes mencionados y aquellos que tengan un “mayor número de incidencias”. En tal sentido, las personas ahora deberán presentar una identificación, un papel con el diagnóstico y la dirección dónde vive, para que pueda adquirir los fármacos.
“Las medicinas que entran en esta normativa en Cuba son el Alprazolam (tabletas 0,5 mg), Clordiazepóxido (10 mg) y Diazepam (5mg), que indicados para el alivio a corto plazo de la ansiedad serán ordenados por la especialidad de Psiquiatría hasta 80 comprimidos y el resto de los profesionales un máximo de 40”.
Además la nueva regulación obliga a los médicos cubanos a no recetar su uso prolongado y hacerlo ciertas veces al día, es decir, que el Dimenhidrinato (50mg), no puede ser consumido más de dos pastillas cada ocho horas. “En este caso las personas con enfermedades oncológicas, como parte de tratamientos combinados (tramadol, codeína y morfina) podrá prescribírseles hasta 60”.
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Por su parte, de la Difenhidramina (25mg) ordenarán el máximo de 90 tabletas especialistas en Psiquiatría, así como en Geriatría y Medicina Interna para parkinsonismos y reacciones extrapiramidales inducidas por fármacos, pero en otras enfermedades, como alergia, náuseas, vómitos, sedación o insomnio la cifra no excederá de 40 pastillas.
En tanto que de la Codeína (30 mg) y Tramadol (50mg) la dosis será de hasta 60 comprimidos, según señala el documento, que prevé, además, que en todos los casos se dispensará solo una receta acompañada por su método, por cliente.
Además los cubanos no podrán asistir a una farmacia en busca de estos fármacos, sino que dependiendo de dónde fueron atendidos, deberán ir a un sitio específico. “Las de los policlínicos y consultorios médicos en boticas comunitarias del área de salud correspondiente, la de hospitales en los establecimientos vinculados a la institución; las entidades asistenciales pequeñas a la farmacia más cercana designada por las Direcciones Municipales de Salud y la de profesionales de Direcciones Administrativas en la principal del territorio”.
A juicio del castrismo, estas medidas responden a un presunto “sobreconsumo” que existe en Cuba con los medicamentos, pero la realidad es que el régimen no puede garantizarlos, pues la llamada “potencia médica” no está en capacidad de producirlos.
Redacción Cubanos por el Mundo
