Ante la cada vez más aguda escasez y desabastecimiento de alimentos en Cuba, la población se somete a horas de cola bajo un inclemente sol o a una torrencial lluvia, para adquirir algunos productos de la canasta básica, pero en ocasiones, las mismas condiciones climáticas hacen que todo se salga de control e incluso, la policía tiene que intervenir.
El pasado martes, en la barriada de Romerillo, del municipio Playa de La Habana, llegaron los anhelados productos como el pollo, picadillo, champú y detergente a la tienda Minimax Caribe, por lo que se generó una gran y extensa cola que se desorganizó por la lluvia, lo cual quedó capturado en imágenes que aunque carecen de calidad, dejan en evidencia las condiciones que tiene que aguantar el pueblo para poder comer.
A la redacción de Cubanos por el Mundo llegaron las fotografías en las que se ven a cientos de personas aglomeradas en la puerta de la tienda exigiendo que les den ingreso, luego que la cola se dispersara por la lluvia y en el momento que escampó, todos intentaron obtener los primeros puestos para entrar rápido al establecimiento.
La situación se salió de control a tal nivel, que tuvo que intervenir la policía para calmar la situación, ya que nadie quería ir hasta el final de la fila.
La policía cubana suele intervenir en la cola en un intento por mantenerla controlada, sin e}embargo, la ineptitud de los funcionarios y el cansancio y estrés al que están sometidos los pobladores para adquirir comida; hace que las filas se salgan de control en reiteradas oportunidades.
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Redacción de Cubanos por el Mundo