En su afán de buscar culpables de la desgracia que se vive en Cuba, el régimen castrista detuvo a 11 personas por una supuesta corrupción en la Empresa Lactea de Sancti Spíritus.
De acuerdo a imágenes transmitidas por el canal del Estado, que muestra todo lo que hace el régimen como si de un logro se tratara, se reportó que el producto de yogur de soya, procedente de este combinado lácteo, era dirigido de forma “ilegal” a la alimentación animal.
En consecuencia, un vocero indicó que “es un producto que tiene gran repercusión en el consumo social de las personas”.
“Se destina fundamentalmente a los niños de 7 a 13 años y a un grupo de personas que lo puedan adquirir de forma liberada”,
dijo un vocero del régimen.
Asimismo, reconociendo “inconscientemente” la crisis de producción de alimentos auspiciada por la dictadura, expresó: “Es un hecho que no tiene ni justificación ni comparación, que se coja como destino de consumo animal un producto que está apto para el consumo humano”.
Entretanto, un esbirro del régimen indicó, poco convencido, que a través de una verificación, se determinó que supuestamente los cerdos eran alimentados con este yogur de la Empresa Láctea de Sancti Spíritus.
De las 11 personas detenidas, cuatro se encuentran en prisión provisional, mientras que otras cinco están a la espera de una medida cautelar y, finalmente, dos están bajo fianza en efectivo.
El medio castrista informó que estos presuntos culpables facturaban “grandes cantidades” del producto de esta con la justificación de que iba dirigido al comedor obrero de la región.
“El principal proceso que se violó en este caso, fue el tema de la utilización de la venta de estos productos a los trabajadores sin que realmente ocurriera. Era realmente utilizada para legalizar la comisión de este delito a partir de que este destino no era el real”,
aseveró un funcionario de la policía castrista.
Este caso evidencia, una vez más, que el régimen castrista se centra en buscar responsables de la miseria que ellos mismos vienen generando desde hace más de 60 años, haciendo la vista gorda a un pueblo que debe verse las caras con el hambre y la desesperanza día tras día.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
