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Nadie ha sido financiado más en su vida que Randy Alonso (+Video)

La única cosa que Randy Alonso no ha tenido financiada en su vida es la primera novia que tuvo. Toda su vida la ha sido un asalariado defensor y lame botas al régimen castrista.

La única cosa que Randy Alonso no ha tenido financiada en su vida es la primera novia que tuvo.

Eso fue después de la Universidad, porque cuenta la leyenda que Randy era tan “voluntarioso”, que se ofrecía siempre para ir a buscar la cerveza en el termo en las fiestas en el CEDER, el Martí, la Casa de la FEU y en la Tropical, para que sus amigos de la facultad y beca siguieran bailando y conquistando chiquillas. Total, él no sabía bailar. Y no conquistaba ni a una tía de la brigada de Mesa o de Virgilio en Fy3ra.

Pero bueno… ya todo eso pasó. Randy se casó, se enamoró, tuvo un hijo, le pegó los tarros a su ex-esposa, se divorció, se volvió a enamorar y ha vuelto a vivir la dicha de ser padre.

Randy Alonso no es un mal tipo a pesar de todo, dicen. Dicen que hace unos cuantos años atrás se fajó duro, duro, con el apparatchik, porque querían hacer tierra a uno de sus periodistas más estelares. Con “El Mejor” de todos. De no ser por Randy, que hasta “amenazó” con enterar del cuento a Fidel, sabe Dios qué cosa hubiese sucedido.

Randy Alonso se les caen las babas al ver a su ídolo el dictador cubano Fidel Castro
A Randy Alonso se le cae la baba al ver a su ídolo el dictador cubano Fidel Castro

De eso sacó dos experiencias. Una, que no es fácil chocar de frente con “el aparato”. Dos, que no puedes tropezar de nuevo con la misma piedra. Uno se caga o se hace el valiente una sola vez en la vida.

Lo que pasa es que Randy es muy dócil y vivió mucha miseria en Pinar del Río; lo entregó todo en sus años mozos por una causa, por una Revolución, y nunca se fachó ni un huevo en una bodega, que en su caso equivale a decir que no le sacó el más mínimo provecho a sus cargos hasta diciembre del año 1999.

Siempre tácito, la última mala experiencia que vivió en su vida de cordero fue tras su regreso del cargo de Embajador de la Unión Internacional de Estudiantes en Praga, Checoslovaquia; cargo que se lo financió ese camaján que respondía al nombre de Fidel Castro. Por cierto, como tenía rango de Embajador, Fidel le dijo que tenía que buscarse una novia y casarse, así que Randy Alonso agarró a la primera que pudo y juntos se fueron a disfrutar el río Moldava, el Castillo de Praga, el Puente de Carlos y el Reloj Astronómico.

No trajo nada de Chequilandia, Randy, y a su regreso, en la FEU, lo esperaba otro camaján con la cara llena de granos y más baches que la Autopista Nacional: Otto Rivero.

Randy Alonso con el tirano y dictador cubano Fidel Castro
Randy Alonso con el tirano y dictador cubano Fidel Castro

Otto, que ascendió a la vida pública por obra y gracia de los estudiantes de la Facultad de Eléctrica de la Universidad Central de Las Villas “Marta Abreu” que necesitaban un pelele para que les gestionara las entradas a los Centros Recreativos Somos Jóvenes y Arcoíris en Santa Clara, y las hamburguesas en una cafetería cuyo nombre he olvidado, había evolucionado tanto desde que era actor de reparto en el grupo de teatro que comandaba el negro Eloy en la ESVOC “Ernesto Guevara”, donde brillaban con más luz Juan Carlos López Popa y Omar Valiño Cedré, que ya no era el chico aquel menso que sorprendieron en el alero de un albergue de mujeres de la Unidad 4 mirando hacia el interior a través de las persianas. Era ya todo un flamante Presidente de la FEU a nivel nacional, a quien las chicas universitarias le caían detrás. Una experiencia que jamás en su vida había vivido el nobletón de Randy.

Otto, curtido y ajado en la vida, y con la cara igual de estrujada, detalló en Randy, entonces, a una persona que podía joderlo y que encajaba también en eso que dice: “sé astuto como serpiente, pero manso como paloma”, así que prefirió quitárselo de encima dándole una ligera patadita en el trasero. Randy aterrizó en su tierra natal, Pinar del Río, sin cargo alguno en la FEU de La Habana, estratajema esta de lujo que protagonizó Otto para que Randy no le entorpeciese su ascenso al poder.

La barriga del vocero del régimen castrista Randy Alonso.

Ah, pero bien que nos lo recuerda la vida: “No van lejos los de alante, si los de atrás corren bien”.

Muy poco tiempo estuvo Randy purgando su inocencia y pasando muchísimo trabajo, transitando sin penas ni glorias en la UJC de Pinar del Río, viviendo en casa de los padres con su esposa e hijo pequeño, hasta que par de años después, los familiares del niño Elián González se negaron a entregarlo a su padre en Cuba y comenzara eso que el castrismo bautizó para siempre y eufemísticamente como “Batalla de Ideas”.

A Fifo Barbatruco se le ocurrió la idea de hacer un programa, una especie de Round Table caribeña donde él, el Rey Arturo, apareciera a cada rato echándole peste, rayos y centellas a los yanquis, reclamando por el regreso del niño Elián.

El programa necesitaba un periodista, revolucionario, íntegro, carismático, risueño y llamaron a Javier Dueñas Oquendo. Al Fifete no le cuadró aquel negro matancero – sabe Dios si le recordó a Esteban Lazo Hernández, negro y matancero igual – y ese pedazo de Dios que es Javier se fue por donde mismo vino, rechazado por el Comandante que tanto amó, hasta que lo aplastaron años después como a una hormiga por enamorarse de una extranjera.

Probaron entonces con Carmen Rosa Báez, cienfueguera, coterránea de Otto en la ESVOC desde 7mo grado hasta 12mo; primero en la Unidad 2, burlándose del Secretario Docente Marcelino y cumpliéndole la norma en el campo a Rolando Fundora; luego en la 4, bajo las órdenes del omnipresente Carballo. Perdón, Otto no hizo el 12 en la ESVOC porque se fue, tras terminar 11, alegando un padre enfermo, cuando en realidad le dijeron ” O te vas, o te botamos por voyerista”. Por cierto, el director de esa escuela era Escoriza, que ahora vive en Miami y es anticastrista furibundo.

Carmen había antecedido a Otto en la FEU desde 1991 hasta 1994, pero a pesar de ser una excelente persona no era periodista. Se expresaba bien, pero nunca fue muy amante de sobresalir más allá de lo necesario (tal vez por eso nunca se escachó), así que al Fifo tampoco le cuadró Carmen Rosa y probaron a dos o tres más que tampoco convencieron al dictador hasta que alguien – dicen las malas lenguas que fue él mismo, Fidel – se acordó de que Randy Alonso existía y estaba vivito y coleando en Pinar del Río; aunque eso sí, jamándose tremendo cable y enfrentando sus primeros problemas de matrimonio. Viajó a La Habana, lo probaron, y al dictador Castro le encantó el guajirito. Sobre todo porque cada vez que él, el Rey, hablaba, Randy le sonreía siempre, y meneaba la cabeza de arriba a abajo asintiéndole como muñeco en pizarra de auto Lada.

Había un problema. Randy no tenía casa en La Habana. Un problema que para el dueño de todo en Cuba era coser y cantar. Así que ahí comenzaron los financiamientos de Randy.

Más rápido que un Zeppelín, a Randy le financiaron un apartamento en el edificio que llaman Fama y Aplausos ubicado en las calles de Infanta y Manglar. Se lo entregaron con refrigerador, televisor, camas… todo para que él, su esposa e hijo mayor, no tuvieran problemas en su vida. Barrio bueno, rodeado de actores, deportistas de alto rendimiento, voleibolistas varoniles que ganaron la Liga Mundial en el año 1998…

Le financiaron a Randy, además, por su labor, de todo. Carros, comida, internet, computadoras, a cambio de un eficiente trabajo al frente de la conducción de la Mesa Redonda que era la cara visible para el mundo de la Batalla de Ideas por el regreso del niño Elián. Para esto no solo vendió su alma al diablo, sino que empeñó más horas fuera de su casa, lo cual a la postre terminó por destruirle el matrimonio.

Pero como Randy, dijimos, era un tipo buena gente, decidió irse de la casa y dejarle todo a “la gorda”, como cariñosamente él se refería a ella con sus amigos. Así que, partió el pinareño, con sus carros prestados, con su cacicazgo en la Calle Línea, de casas con sauna y piscina, computadoras, refrigeradores repletos de comida, hasta que los llevaron para la imprenta Juan Marinello; pero… necesitaba una casa.

Otra vez el Gobierno comunista le financió un apartamento, pero esta vez fueron un poco tacaños y solo le dieron par de camas (una para él y otra para el hijo cuando lo visitara los fines de semana que le tocaban) y un televisor de 42 pulgadas LG (me parece recordar).

Este nuevo apartamento que le financiaron a Randy para que siguiera con su Mesa Redonda, se lo dieron más céntrico incluso. En 23 y E. Junto a Ministros. Y aunque no le dieron un carro particular como los que poseían el resto de sus vecinos, le asignaron uno estatal que lo llevaba y lleva aún a donde quiere, incluso a Pinar del Río a ver la familia. Le financiaron además gasolina ilimitada y aceite para el motor, para que no se fundiera. El auto.

Como la carga de trabajo era tanta, le financiaron vacaciones, siempre en algún hotel, aunque él prefirió siempre lugares apartados para pasar las mismas, porque la gente lo conoce y la gente es muy chismosa. Dicen las malas lenguas y los que lo conocen bien de cerca, no yo, que no le gusta que lo vean en lugares públicos porque tiene complejo de la barriga que tiene, la cara llenas de huecos y las piernas más blancas que un papel Bond de 8 y media x 11.

Este es el hombre, Randy Alonso, que habla de “financimiento”. Un tipo que desde 1998 lo ha tenido casi todo financiado en su vida, empezando por una fama que no luchó él, sino que esta, pizpireta, le tocó en la puerta de su casa.

Dos viviendas, equipos electrodomésticos, colchones, autos, choferes, gasolina, además del aceite para que no se funda (el auto)… ¿cómo qué clasifica eso, Randy Alonso? ¿Como avituallamiento? ¿Gastos de Producción? ¿Recursos logísticos?

¡Así te ha financiado la Revolución, Randy! ¡Eso es financiamiento! Para que tú digas de cuándo en vez una tontería y le mientas a tus lectores descaradamente como les mentiste hace 72 horas.

Pero para que no digas que somos personas malas, te vamos a dar la posibilidad de que demuestres una prueba, una sola, de que la plataforma de Cubanos por el Mundo y el Show de Alex Otaola han cogido hasta el día de hoy, 22 de octubre de 2020, un kilo; es más, un kilo oxidado partido por la mitad, del gobierno de los Estados Unidos de América. Si logras demostrar eso, dejaremos de publicar noticias y paramos el show.

¿Te cuadra eso? ¿Crees que puedas obtener esa(s) pruebas? ¿Crees que existan? ¿Crees en verdad que puedes demostrar que Cubanos por Mundo forma parte de esa “maquinaria pagada al servicio del imperio” contra Cuba? Por cierto, yo creo que estabas pensando en ti y en tu Mesa Redonda con eso de “maquinaria pagada”. A ti, que te lo han pagado todo con financimiento Made in Comité Central. A ti que hasta “casi” te financiaron una novia “embajadora”, porque ni novia tenías.

Déjame aclararte algo antes de terminar, Randy, porque tú eres medio ñame tecnológicamente y estás asesorado por la infladora de Rosa Miriam. Ni Facebook, ni Twitter, ni Instagram, ni los sponsors que patrocinan nuestro programa y que aparecen todos de manera transparente en el show, son agencias del gobierno y reciben fondos del contribuyente norteamericano.

Te lo digo, porque va y metes la pata como tantas otras veces. O como ahora, que has dicho esa tontería que dijiste y que publicaste en Cubadebacle.

Esperamos por tus pruebas. Tienes un mes. ¿O quieres un año?

pd: puedes pedirle ayuda a Raúl Capote y a Iroel Sánchez, si te hace falta.

Te abraza con todo fervor, Robot iluso (nario)

La Junta Directiva de Cubanos por el Mundo.

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