El comunismo les quita a los cubanos hasta el derecho de descansar en paz. En el municipio Jobabo, provincias de Las Tunas, una mujer identificada como Zenaida Tellez, denunció que el cadáver de su cuñado reposa en la funeraria local a la espera de ser trasladado al cementerio, pero las autoridades aseguran que aún no pueden hacerlo porque no hay vehículos disponibles.
La tétrica situación tiene a la familia del occiso molesta y triste, ya que aparte de tener que lidiar con el hecho de haber perdido a un ser querido, también tienen que soportar la desgracia que el comunismo castrista ha sembrado en el poblado. “Por favor estoy pidiendo que si en Jobabo hay algún dirigente que pueda decirme que está pasando, que mi cuñado está tendido en la funeraria y no hay un carro que pueda llevarlo al cementerio para que descanse en paz”, detalla la denuncia.
La cubana afirma que es una “falta de respeto” por parte de los organismos que rigen Jobabo, ya que no se preocupan ni siquiera en darle un entierro digno a su gente. “Sus familiares estamos desesperados por la falta de respeto de estos organismos que nos dirigen ya que solo nos dicen que hay que esperar que venga un carro de Bayamo porque la provincia de Las Tunas tiene los carros rotos”.
Le recuerda al comunismo castrista que los cubanos, incluso después de muertos, no son un “perro” y calificó de “abuso” la falta de respuesta oficial por parte de las autoridades. “Por favor es nuestro familiar no un perro, qué abuso tiene la provincia de Las Tunas con los Jobaberos”.
Los servicios funerarios y de emergencia en Cuba se encuentran en un colapso total. Cada vez es más recurrente ver en las calles de las principales ciudades del país, personas o cadáveres siendo trasladados en carretas o cualquier otro tipo de vehículo rudimentario hasta los hospitales o cementerios.
En el caso de Jobabo, es un municipio prácticamente olvidado por la mal llamada revolución. Sus pobladores están sumidos en una pobreza sin igual, nada parecido a lo prometido por el fallecido dictador Fidel Castro. La principal fuente de empleo del municipio era una central azucarera, que tras décadas de malversación por parte de los funcionarios castristas, terminó cerrando, dejando a la deriva a sus casi 50 mil habitantes, según el último censo de 2004.
Redacción Cubanos por el Mundo
