Oni Acosta Llerena, el presentador de musicales en la Tv Cuba y devenido crítico de Culturales en el Granma, se llenó de valor en el día de ayer y arremetió contra Mariela Castro.
Al menos eso parece. Si el mensaje no estaba dirigido a Mariela Castro, al menos el sayo le cae de perilla a la infanta langostera, porque al describir a aquellos que ofenden con falta de argumentos y bloquean en las redes, haciendo alardes de democracia plural, les juro que el primer nombre que me vino a la mente es el de la hija de Raúl Castro.
¿Qué figura pública del ámbito cubano ofende más en las redes sociales que Mariela? Nadie. Ella es única e impredecible. Además de bipolar y descarada.
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Es cierto que ella también ha recibido lo suyo. Tanto que, a fuerza de ser sinceros, es probable que se pueda esgrimir el argumento de que su discurso haya sido una reacción a los ataques que ella ha recibido; pero, no hay que olvidar que las faltas de respeto de Mariela vienen desde antes de que hubiese Facebook, Twitter, Instagram y la madre que la parió.
De hecho, la madre que la parió, la dulce de voz de Vilma Espín Guillois se hizo célebre sin necesidad alguna hace algunos años cuando “descubrió” que el periodista cubano Mario Vallejo no era de la clase de cubanos que ella pensaba, y no solo intentó robarle la cámara con la cual este la había grabado, sino que además le lanzó par de improperios.
Mariela, sin dudas heredó toda esa altanería, pues poco después la vimos decirle al reportero de Hispano Post, Guillermo Sánchez, “moco pegao”, en un video que circuló ampliamente por las redes, ante el cual el reportero expresó que tal vez, producto de la mala educación recibida en la cuna de oro en que se crió, ella “está poco acostumbrada a la libertad de prensa”.
Después de eso, y a pesar de haber llovido un mundo, Mariela Castro ha seguido ofendiendo a todo el que le lleve la contraria a su discurso monopolizador comunista; y entre las miles de “flores” que ha lanzado a la comunidad virtual que se le opone, se ha rebajado a niveles poco representativo de las realezas, pero no de la realeza cubana, y ha usado tantos términos despectivos que se pudiera escribir un catauro de improperios y acuñarlos bajo su nombre, el último (por ahora) el de garrapatillas del imperio.
Por supuesto, no ha faltado el bloqueo; porque Mariela Castro ofende y bloquea, y Oni Acosta Llerena, de seguro la tenía en el subconsciente cuando escribió en su perfil de Facebook esto:
“Much@s andan por las redes sociales en estos días con poses y actitudes cual flautistas de Hamelin propagando mensajes de amor y diálogo y, además, dictando cátedra de democracia, instrucciones e inclusiones pero por supuesto que en una sola dirección, nada plurales. Entonces cuando alguien opina distinto o contradice sus argumentos te bloquean, o en el peor de los casos te humillan en público hasta el cansancio. O estás con ellos o no lo estás.”
Redacción Cubanos por el Mundo
