Raidel Sanz Otero, campesino asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Camilo Cienfuegos de Jimaguayú, ha trabajado durante casi una década en el campo, lo que le ha permitido conocer que el marabú no solo protege al suelo de la erosión, sino que también le aporta materia orgánica y mejora su infiltración.
Con gran esfuerzo, Raidel Sanz Otero, se dedicó a desbrozar el marabú que imperaba en las tierras donde él aspiraba a establecer la finca “La Liliana”. Allí donde por muchos años creció el marabú, este campesino, obtiene buenos resultados en los diferentes cultivos, más refiere que los tres primeros años fueron excepcionales en los rendimientos.
Sanz Otero tenía la intuición de que la fertilidad de sus haciendas se debía a los beneficios que recibió del marabú, conocido con el nombre científico de Dichrostachys Cinerea.
Por su parte, los campesinos y estudiosos participantes en la sesión de trabajo, realizada en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, de la capital provincial, hablaron sobre el empleo del marabú como alimento para el ganado en el periodo de intensa sequía, de las desventajas del desmonte mecanizado, de lo perjudicial de eliminar esta planta si no va a utilizarse de inmediato el área donde habita y cómo es posible su control con la cría de ganado caprino.
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Los nuevos descubrimientos sobre el marabú serán usados por los profesores e investigadores universitarios para elaborar herramientas que permitan un mejor manejo de esta planta en el incremento de la producción de alimentos.
Como resultado de este proyecto, desarrollado por la facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte (UC) y con apoyo del Consejo de Universidades Flamencas de Bélgica (VLIR-UOS) los campesinos reciben adiestramientos fundamentalmente, además de insumos que se emplean en el manejo de esta planta.
Redacción cubanos por el Mundo
