El señor Luis García es un campesino cubano que decidió reinventarse, al igual que los demás en el país que buscan la manera de sembrar bajo sus propios medios, pues el régimen solo los utiliza para obtener los alimentos, pero no les ofrecen ningún apoyo.
El campesino de Pinar del Rio, logró convertir un terreno que funcionaba como basurero en Reparto Viet Nam Heroico del poblado de Minas de Matahambre, en una tierra donde cultiva varios alimentos.
Luis tiene 53 años de edad, y le contó al diario Gerrillero, que trabajó en la minería hasta que tuvo un accidente, por eso ahora trabaja en el campo. Aunque camina con dificultad, cada día se levanta temprano para trabajar para conseguir el pan diario.
‟Después del accidente, decidí dedicarme a la tierra, tanto aquí en Matahambre, como en una finca en el municipio Cotorro, en La Habana, en esta última estuve por tres años hasta que volví a mi lugar natal, porque ya me era muy difícil mantenerme allá”, dijo Luis.
‟Esta tierra que hoy cultivo, le correspondió a mi padre como parte de la Reforma Agraria, sin embargo estuvo mucho tiempo ociosa; durante una etapa fue para pastorear animales y poco a poco se fue convirtiendo en un monte, estaba llena de basura, por la cercanía a la comunidad”, expresó el campesino.
Luis explicó que comenzó a limpiar el lugar y construyó una casita de madera, rústica con techo de zinc para estar cerca de su siembra. Además mencionó que algo curioso es que la basura favoreció a la tierra. Al tiempo que expresó sentirse orgulloso de lo que ha logrado, que además ha cambiado el panorama de lo que queda a su alrededor.
El campesino tiene tres cuartos de hectárea, media sembrada de cultivos de ciclo corto, aunque incursiona en otras variedades como el café, del cual tiene 300 posturas para sembrar próximamente.
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La producción de Luis ya está siendo vendida y así lo constató el supervisor de la cooperativa Ramón González Coro, del poblado cabecera de Matahambre, José Antonio González Mayor, quien dijo que el campesino cumple con las metas establecidas por el castrismo a pesar de que no tiene las mejores condiciones geográficas.
Por su parte, el campesino también comentó que hasta su terreno llegan personas necesitadas de hortalizas, plátanos o malangas y él les vende.
‟A eso no puedo negarme, si las necesitan, aquí las compran, creo que es lo más justo”, dijo Luis.
Sin embargo el régimen castrista en los últimos meses se ha dedicado a multar situaciones como éstas, en las que los campesinos venden por su propia cuenta los alimentos que ellos mismos han cosechado.
Las multas que la dictadura ha impuesto a muchos campesinos ha sido una de las últimas causas de quejas de los trabajadores del campo, quienes aseguran que aparte que no les proporcionan fertilizantes o repelentes para cuidar sus cultivos, sí son capaces de beneficiarse a costa de ellos, con multas injustificadas.
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Redacción Cubanos por el Mundo