¿Cuán lejos puede llegar la dignidad de una persona por un pedazo de pollo? En Cuba está comprobado, desafortunadamente, que los cubanos que hacen colas son capaces de marcarse la piel, como si fuesen ganado, para adquirir algún producto que ofertan en las bodegas del estado.
A través de Facebook usuarios denuncian que aquellos que hacen cola en medio de la pandemia, deben esconderse y huir de las autoridades para evitar ser multados, pues el desespero por adquirir “algo” de comida, los lleva a violar el llamado “toque de queda” implementado en algunas provincias y que impide pernoctar en los alrededores de los comercios.
“En ciertos barrios de mi ciudad los metodólogos de las colas han decidido que si ya lo has resistido todo, bien puedes aguantar ser tratado como vaca o como preso de Terezín”, detalla la usuaria Mabel Cuesta.
Con dolor, la cubana cuestiona que los ciudadanos se sometan a este tipo de práctica denigrante y que atenta contra su humanidad y dignidad. “¿Cuán lejos de la libertad y el sentido de amor propio puede estar una ciudadanía que extiende su brazo a cambio de asegurarse un paquete de detergente o un muslo de pollo?”.
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Afirma que el llamado “Síndrome de Estocolmo”, ese dónde el secuestrado se enamora de su secuestrador, debería se rebautizado con el nombre de Cuba por “algún lado”. “Ah, si te queda bien el calzoncillo o el blúmer ven a decirme que esto es derivado del embargo. Tírate si tú quieres”.
Detalla además que si una persona hace dos colas a la vez, es marcada dos veces. “Si hacen dos colas diferentes: una para el pollo y otra para el detergente en puntos de venta cercanos. Si se fijan bien, aunque no se ve con claridad, ésta persona tiene marcada además la palma de la mano”.
Redacción Cubanos por el Mundo