Una anciana cubana en Habana del Este es, como tantos, víctima del burocratismo del régimen de la isla esperando conseguir el certificado de propiedad de su vivienda. Durante casi un quinquenio y tras la muerte de su esposo ha buscado concretar los trámites de su residencia en Avenida López no.80, entre 1ra. y 2da., en la localidad de Justiz.
Su nieto, Roberto González Beltrán, presentó la denuncia ante la prensa oficial, recogida en Juventud Rebelde. El viacrucis comenzó al solicitar ante el Registro Civil de Campo Florido el certificado de nacimiento de los hijos del matrimonio cuyos apellidos presentaban errores. En varias ocasiones tuvo que solicitar las certificaciones y en esa espera, tres veces se le venció el acta de última voluntad.
No obstante, la anciana cubana tuvo que lidiar con otros impedimentos como la negativa del funcionario de Planificación Física que debía asistir a la residencia y que no lo hacía por no tener transporte. De esas oficinas, saltó la lucha ahora a la Dirección Municipal de la Vivienda, donde al cabo de un año fue que llegó la firma del director. Y tras ese proceso, fue ahora el certificado de matrimonio el que le indicaron era inválido, aunque el documento era emitido por el Archivo Nacional.
Tras saltar un obstáculo tras otro la solución que le dieron desde la Dirección de Vivienda de Habana del Este fue la sugerencia de contratar una abogada para que consiguiera el finiquito de trámite. Siguiendo el paso, el 10 de octubre de 2020 lo hicieron con la promesa de que en 50 días hábiles recibiría el título de la vivienda. La anciana aún aguarda el momento.
“Esta es la fecha, acota, que la abogada dice que todavía no están listos, porque debe trasladarse a Vivienda de Habana del Este y no tiene transporte. Además, hay que hacer nuevas investigaciones para confirmar que no hay herederos”, explicó el nieto.
No se explican cómo presentando certificado de última voluntad (tres veces ratificado), casada con el difunto propietario y habiendo comprad juntos la residencia hace 55 años dentro del matrimonio, sigan dilatando la entrega del título. Al final de cuentas, el burocratismo del régimen es lo único que no descansa en la isla.
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Redacción Cubanos por el Mundo
