Los cubanos residentes en Centro Habana, en la provincia La Habana manifiestan que en esa localidad no se aplican medidas preventivas ante la covid-19.
Este sería el principal motivo por el que los casos de coronavirus aumentan sin control alguno en toda la provincia, aunque el régimen se la pase hablando, a través de los medios castristas, de unas supuestas medidas que no se cumplen.
Según información del diario castrista Cubadebate, los cubanos denuncian que en Centro Habana no hay organismos que hagan respetar unas leyes efectivas contra la covid-19. Aseguran que sobre el distanciamiento en las colas, lo que hizo el régimen fue alejarlas de las tiendas, pero no hay autoridades que controlen, como debe ser el distanciamiento entre las personas que están esperando para comprar.
Al mismo tiempo denuncian que el régimen debería poner orden y disciplina en los negocios para que atiendan de una manera rápida y efectiva a los que están esperando, en algunas oportunidades hasta doce horas y a la final no pueden comprar.
Los cubanos también se quejan porque en las tiendas de Centro Habana, no respetan los horarios de apertura y cierre, así como los trabajadores, a pesar de que son muchos, no realizan sus funciones de manera productiva, sino que se tardan para atender a menos cantidad de personas, especialmente cuando se acerca el horario de cierre.
Además exigen que la dictadura se encargue de suministrar los alimentos a las tiendas para que éstas los ofrezcan a la sociedad, puesto que un motivo por el que se hacen largas colas es por la escasez de productos, que siempre son distribuidos en los mismos lugares, mientras que otras tiendas permanecen cerradas.
Los cubanos también se quejan por la situación de algunos ancianos que aunque todavía no tienen la tercera edad, padecen de enfermedades de riesgo y son tratados como las demás personas cuando les mandan a hacer la cola normal, en vez de incluirlos entre los vulnerables.
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Denunciaron que en Centro Habana no se respeta el escaneo de carnet que supuestamente evita los revendedores, pues les permite a las personas comprar todos los días los productos disponibles, mientras que en otros sectores, con el carnet solo se puede comprar una vez a la semana.
Esta situación se ha convertido en una ofensa del castrismo para los cubanos por racionarles la alimentación de su familia, como si no fuera suficiente con la escasez y carencia de productos en el país.
En este sentido, el Consejo de Defensa del castrismo se la pasa en reunión supuestamente para solventar la crisis epidemiológica en la provincia, pero no son capaces de ejecutar medidas para evitar la concentración de los cubanos en las colas. Solamente han impuesto una gran cantidad de multas arbitrarias, para beneficiar la economía del régimen y perjudicar la del cubano.
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Redacción Cubanos por el Mundo
