Kingston Lane es un pequeño luchador que le ha dicho sí a la vida de una manera contundente.
Tiene diez meses y pudo demostrarle a su familia, a los médicos y al mundo su energía para seguir viviendo.
A través de un reportaje, 14 News contó la historia de Kingston, este pequeño que permanece recuperándose en un centro de salud de Louisville, después de haber sido hospitalizado porque su madre Brittany lo notó enfermo y descompensado. Los médicos sospechaban que tenía un problema con el tubo de derivación en la cabeza.
En su estado de gravedad, los equipos médicos le realizaron diez rondas de compresiones torácicas.
“Estaban en el noveno y me dijeron, ‘Sra. Lane, una vez más y eso es todo lo que podemos hacer por él ‘”, recordó la madre del bebé.
“Estaba completamente azul, sin pulso, sin latidos y frío. Super frío “.
La hora de muerte de Kingston se marcó a las 5:45 pm.
Brittany Lane, la madre del bebé le contó a 14 News:
“Prácticamente diciéndole que vuelva conmigo”
“En ese momento, pensé que mi hijo se había ido. Tenía que tener ese sentimiento de que mi hijo acababa de morir “.
Sin embargo, la madre cuenta que cuando los médicos se iban de la habitación, luego de declarar a su hijo Kingston muerto, una enfermera se regresó diciendo que su pulso estaba volviendo y ella sintió como el bebe le apretaba su dedo.
De esta manera consideraron que lo que ocurrió en ese momento fue un milagro.
“Fue – realmente no tengo palabras. Fue un milagro”, expresó.
Brittany explicó que los médicos pudieron eliminar parte del líquido de la cabeza de Kingston, pero no presentó ninguna complicación.
“Puedo verlo en sus ojos”, explicó. “Puedo ver que me ama. Sabe que soy mamá y sabe que estoy aquí “.
Aunque el pequeño todavía está en la UCI, Kingston salió del respiradero el miércoles.
La historia de valentía de Kingston inició desde su nacimiento, pues el bebé llegó al mundo junto a su hermano gemelo en abril de 2020 con solo 24 semanas y pesó una libra y siete onzas. El hermano de Kingston murió una semana después, y Kingston vivió los primeros siete meses en una unidad de cuidados intensivos neonatales en un hospital de Louisville.
El pequeño tuvo muchas cirugías, tanto en la cabeza como en el corazón, y posteriormente volvió a casa con su familia, donde había mejorado en los últimos meses.
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Redacción Cubanos por el Mundo