La llamada Tarea Ordenamiento en Cuba con la que el régimen prometió “enrumbar” la destrozada economía nacional, solo ha dejado más molestias que soluciones y cuando se pensó que la dictadura expandiría el sector privado, con los anuncios hechos a inicios de febrero 2021, todo resultó, como siempre, una de sus tantas mentiras.
Un artículo publicado en el portal Libre Mercado, escrito por Jesús Esteban, critica duramente las decisiones económicas tomadas por la dictadura, calificándolas de “fiasco” y asegurando que pese a lo que dicen los medios oficialistas, el “infierno comunista continúa”.
La pieza periodística comienza hablando sobre la supuesta expansión del sector privado, dónde el régimen de Miguel Díaz-Canel decidió aumentar las actividades “aprobadas” pasando de 127 a unas dos mil, pero quedando prohibidas otras 124.
“El régimen comunista de Cuba continúa con su (muy, muy lenta) apertura económica”, comienza el artículo indicando que pese a que la dictadura anunció con “bombos y platillos” la ampliación del sector privado, la realidad es que las actividades más relevantes siguen en manos del castrismo.
“Concretamente, los sectores más relevantes, poderosos y productivos seguirán controlados por el Estado, incluyendo aquellos que emplean a los profesionales más cualificados, como la arquitectura, la ingeniería, la atención sanitaria, la medicina, la educación o las telecomunicaciones”.
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Detalla que las actividades como la publicación de libros, fondos de cobertura, producción de armas, concesionarios de automóviles y los zoológicos, aún siguen siendo prohibidas.
Libre Mercado indica además que pese a expandir las actividades privadas, aquellos que quieran ejercer el llamado cuentapropismo en Cuba no la tienen tan fácil, ya que primero deberán presentar un “proyecto” y esperar a que el castrismo lo apruebe.
Gerardo Guillén, un cubano de 26 años residente en La Habana, afirmó que las cosas en Cuba siguen siendo un “desastre” rechazando que cada vez que se anuncia una medida “liberadora”, todo termina en “la nada”.
“Cada vez que aparece algo que parece una panacea, acaba en nada. Quiero hacer mi propia arquitectura sin que la burocracia me lo impida”, se lamenta el arquitecto en The New York Times.
El artículo detalla además que desde hace años los cubanos llevan pidiendo la eliminación de la lista de actividades prohibidas y autorizadas, además de simplificar los procesos para poder ejercer el cuentapropismo.
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“Pese a todo, es muy posible que la reciente reforma no se hubiera llevado a cabo de no ser por el impacto del coronavirus. Y es que la pandemia ha generado enormes desbarajustes en la maltrecha economía cubana, que se contrajo un 11% en 2020”.
Reformas en Cuba son insuficientes
El autor del artículo detalla que si bien se han tomado medidas que van contra el pensamiento socialista de Fidel Castro, estas siguen siendo insuficientes “para alcanzar una economía de mercado mínimamente libre en Cuba”.
“Por ejemplo, el país caribeño todavía prohíbe a los agricultores elegir qué cultivar, y ni siquiera pueden fijar libremente el precio de venta de sus cosechas”.
Recuerda además que en Cuba las empresas no gozan de personalidad jurídica propia. “Las cooperativas son lo más parecido a corporaciones empresariales y la inversión extranjera está fuertemente restringida”.
Redacción Cubanos por el Mundo
