Los jóvenes Yordanis Prens García y Julio García, de Matanzas, fueron botados de su trabajo por “dar el paso al frente” en una misión que les encomendaron.
Los trabajadores de la UEB Prefabricado y Premezclado en el municipio de Jovellanos, fueron enviados en el mes de agosto del año pasado a apoyar la campaña de vectores tras un brote de dengue en el municipio.
Los jóvenes contaron a Juventud Rebelde, que fue su jefa, Dayana Gil, quien los reunió para decirles que habían sido seleccionados para apoyar a la dirección de salud.
A tres meses de haber dado “el paso al frente”, el seis de noviembre se encontraron en la calle con la jefa de recursos humanos del lugar donde trabajaban, en ese momento fueron cuestionados por ella, quien les preguntó qué hacían todavía fumigando, y les dijo que así no les cancelarían el salario.
Les “informó” que su campaña ya había terminado el 30 de octubre, pero a los jóvenes nadie les había avisado sobre eso.
Los jóvenes que habían sido reconocidos por su labor con diplomas, y estaban bajo las directrices de Ilieski Díaz por la campaña, y Milagros Misiara por el Gobierno municipal, llevaron una carta avalada por la campaña de Vectores y otra del Primer Secretario del Partido en Jovellanos, para de esta manera exigir que les pagaran el sueldo.
Al mismo tiempo, Ilieski Díaz, llamó a la directora de su centro para que les entregaran el salario y efectivamente se los cancelaron.
Los jóvenes comentaron que después de prestar su apoyo a una tarea del castrismo, perdieron su empleo, puesto que esto derivó a muchas excusas y procedimientos que les realizaron en la empresa en la que trabajaban.
No les adelantaron los mil pesos que les entregaron a los trabajadores en diciembre por el (des) ordenamiento monetario y se encontraron con la sorpresa de que estaban excluidos de la nómina. Les habían dado baja del centro laboral y del sindicato.
Contaron que aunque se reunieron con la presidenta del régimen y la intendente del municipio, así como con el primer secretario del partido, con la dirección de trabajo, no encontraron solución, más bien en la Agrofar del Minint les respondieron que no había trabajo.
Sin embargo, explicaron que en la dirección de trabajo les dijeron que ellos fueron víctimas de un mal procedimiento, pero todo quedó en palabras, porque ningún organismo castrista les ofreció ninguna solución.
“Han pasado tres meses y medio y aún estamos sin trabajo y sin respuesta. Sin esperanza alguna”, dijeron.
Así como estos jóvenes, muchos en el país son víctimas de arbitrariedades por parte de la dictadura y no tienen quien los defienda. Mientras tanto, siguen desempleados y luchando para conseguir alimentos para su familia.
Redacción Cubanos por el Mundo
