Para los propios medios del régimen cubano les es difícil defender el (des) ordenamiento monetario que comenzó a inicios de enero 2021 y que condenó aún más a los cubanos a la pobreza. Recientemente, un artículo en el portal Trabajadores, destaca la inadecuada aplicación de este sistema que el régimen vendió como una salvación a la crisis económica y terminó siendo un desastre total.
Asegura que el alza en los precios de los productos, responde únicamente a la aplicación de la “Tarea Ordenamiento” mismo que ha “sacudido a un país” dónde existe “insuficiencias de la comercialización, impagos a los productores y déficit en la producción de alimentos”.
Detalla además que todos estos problemas necesitan de forma “urgente” que sean revisados por la dictadura, quien se empeña en seguir culpando al embargo de Estados Unidos.
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Califica de “tropezones” las decisiones tomadas en torno al (des) ordenamiento monetario y exhorta al régimen comunista a fomentar cambios que puedan beneficiar a los productores en Cuba, los consumidores y a la economía nacional.
En este párrafo, el medio oficialista reconoce que la “Tarea Ordenamiento” es un completo desastre que solo ha dejado más caos en una economía destruída por más de 60 años de comunismo.
Resalta además las palabras de Meisi Bolaños, Ministra de Finanzas y Precios de Cuba, quien intente defender el (des) ordenamiento monetario indicando que este plan no es una tasa de cambio sino “ordenar el punto de vista económico”. “No queremos que nadie produzca para perder”, dice la ministra mientras eso es exactamente lo que están haciendo los productores en Cuba.
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Trabajadores detalla además que cada año, el país debe enfrentar problemas de producción que no se explica como no pueden ser solucionados, si son reiterativos.
“Cuba no tiene otra vía que la eficiencia en la maximización de las entregas al agro hasta lograr la soberanía alimentaria”, detalla el artículo. Sin embargo, el régimen parece negarse a garantizar el abastecimiento en el país, ya que mantener a los cubanos pobres, hambrientos y sumisos, es su objetivo.
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Detalla además las quejas de los campesinos cubanos, que van desde los altos costos de los servicios como la electricidad o el agua, hasta el pésimo salario que reciben los trabajadores, que día a día es devorado por la inflación tras el (des) ordenamiento monetario.
“Elpidio Ponce Sánchez, comercial de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Osmel Gonzalvo, en Manuel Tames (Guantánamo), asegura que es desestimulante el desequilibrio entre los precios de frutas, viandas y hortalizas: un quintal de frutabomba se pagaba a 80 pesos y ahora a 330, y el plátano burro, que era a 60 solo le subieron 20”.
Redacción Cubanos por el Mundo
