Leandro García es un niño de 13 años que vio en la siembra, una manera de pasar el período de la cuarentena por la covid-19, al mismo tiempo de contribuir con alimentos para su casa ante la difícil situación económica de los cubanos.
El niño cultiva además remolacha, cebolla, calabaza, ñame y tiene más de 10 tipos de árboles frutales y cítricos y en total más de 30 especies diferentes.
Leandro le contó al diario adelante, que mientras que estaba viendo teleclases de historia, nació su curiosidad por sembrar, y de esa manera contribuye con sus cosechas para la alimentación de su familia, puesto que él no es el único niño cubano que también se preocupa por los alimentos, en vez de estar enfocado en los estudios y los juegos, como debería ser la infancia.
“Cuando veía las teleclases de Historia, me dieron curiosidad los métodos de cultivos de las civilizaciones antiguas y empecé a preguntar y a buscar en Internet. Me di cuenta que no es sembrar por sembrar, sino que cada planta lleva su atención y su momento del día”, expresó.
El niño cubano vive con su papá y su abuela porque su mamá está cumpliendo una misión internacionalista en Angola, mientras tanto él manifiesta que una de las cosas que más anhela es poder abrazarla, y drena aquel sentimiento con sus siembras a las que cuida con mucho amor.
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Leandro aprendió a sembrar preguntándole a su abuela, viendo videos en internet y con ayuda de su padre sembró el ají y la yuca. Lo demás ya lo hizo por su propia cuenta.
El niño habla con amor del arte de cultivar, es tímido pero cuando se trata de hablar de su tierra y su cosecha, se nota el cariño con el que lo hace. Explicó que su método más utilizado es el de la rotación de cultivos porque hace que la tierra se fortalezca y éste lo aprendió por internet.
“Antes me desesperaba, pero ya tengo un poco más de paciencia. El secreto es darles cariño y atenderlas, ellas solas se gozan”, finalizó.
Redacción Cubanos por el Mundo
